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41.1 Rafael dulce compañía
Fecha: 30/01/2018, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... puedo tener celos de Daniel? Jamás tendría celos de ti, pero te duele el cuello, sigues sin relajarte a pesar de la natación, déjame. –me da un beso en los labios y se pone en pie, se encamina al cuarto de baño y vuelve al momento con una caja de crema en sus manos. -Esa tirantez te la quito yo, ya verás. –me ayuda a quitarme la camiseta de Nico que llevo puesta y me coloca tumbado boca abajo, se monta encima de mí con su culo en mi cintura, lo primero que noto es la frialdad de la crema que extiende en mis hombros, se agacha para besa mi espalda. -Solo uno, es que no puedo aguantar sin besarte. –ronroneo de placer lleno de mimos. Sus manos son una maravilla o yo estoy muy mal, el dolor se va marchando y quiero dormir del relajamiento que siento. Anhelo abandonar mi cuerpo en sus manos, me espabila el roce de ellas en mis costados donde me hacen unas ligeras cosquillas. Susurro, gimo quedo, apagado. Tira de mi pantalón y se lo lleva con mi bóxer, levanto ligeramente mis rodillas para que me lo saque del todo, giro mi cabeza para ver cómo se va desnudando. En menos de un minuto está de nuevo sobre mis piernas, sus manos en mis caderas resbalan envueltas en la crema y se cierran sobre mis nalgas. Las masajea con suavidad, las envuelve y penetra con sus dedos entre ellas y cuando llega a ni ano lo oprime, emito un ligero quejido. -No, por favor Rafa, no debo. –el recuerdo de Gonzalo se me aparece, pero no puedo cortar de repente todo lo que he pasado con ...
... mis amigos. -Has vuelto muy raro de Inglaterra y no pasa nada, déjate hacer, lo necesitas. –voy a ceder, es cierto que lo necesito, tener a un amigo cercano que me cuide y me ame -No quiero hacerte daño, estás bien. –no espera mi respuesta y me sigue acariciando. -¡Ohhh!, ¡ohhh! ¡Ummm! Qué placer. -mi ano se abre para su dedo aventurero y separo ligeramente mis piernas. El placer me llevaba y perdía la consciencia de lo que sucedía hasta que un golpe seco en mis nalgas me devolvió a la realidad. -¡Ayyy! -el dolor pasó y el calor abrasó mi piel, la sentía ardiendo. -Relájate, tranquilo. –besaba mi piel ardiente pasando la lengua por la zona, y el gozo me llegaba en oleadas. Separó más mis piernas y volvió a azotar mis nalgas de izquierda a derecha, luego se colocó entre ellas, dejo mi ano a su disposición, suspiraba cuando algo duro y húmedo tocó en mi puerta, su legua quería entrar en mí y no podía resistirme, me relajé entregándome como me pedía. Luchaba por meterla y otras veces la pasaba plana, la ponía en punta y lograba traspasar mi esfínter haciendo movimientos circulares con ella y entraba enterrándola con fuerza jadeando. Sentía riquísima su cogida con la lengua. Cuando tuvo dos de sus dedos dentro de mí, mis suspiros se convirtieron en gritos y mordía con fuerza un cojín. Apretaba los anillos de mi ano aspirando con mi culo sus dedos. Elevaba mi culo en una muda ofrenda de sumisión hasta que no pude más. -Rafael, tómame. –sentí otro azote ...