1. El gordo Lito ( Tercera y última parte)


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... completita, pero poco le importaba. – He estado algo preocupado gordo, pensando en que de repente la niña me acuse y pueda Yo tener problemas, – cálmate zambo, a las chamas se las tiran a diario por aca, solo date una vuelta por los baños cayendo la tarde y lo veras, además la pendeja solo vive con una Tía que es alcohólica, y como Tú mismo dijiste, no es primerisa y se comió tu verga como si nada. Ahora solo has tus cosas con cuidado. – Por un momento el joven quedó pensativo las palabras de Lito lo habían sosegado, pero en el fondo y a pesar de sus lógicos temores, no había podido olvidar a Leila. Anhelaba ver nuevamente a la joven, deseaba amarla, besar sus jugosos labios, sentir su tembloroso cuerpo y agasajarla con toda la fuerza de su juventud. Una vez dicho esto, los agotados individuos se retiraron a descansar. Al día siguiente el negro inspeccionó la obra con Lito; – todo esta perfecto zambo, Yo iré a ver lo de los materiales, de todas maneras le das una revisada, – le ordeno el gordo para luego retirarse. Después de dar una última ojeada al reservorio, El joven, camino al almacén, se detuvo en el lugar donde había conocido a Leila. Ahí se recostó a descansar en el pasto y recordó los hermosos y excitantes momentos que había pasado con la parvula, de solo pensar en eso la verga se le ponía durísima y sentía unos tremendos deseos por fornicar. Llegada la tarde, el joven moreno se dio a la tarea de limpiar y ordenar un poco su habitación, olvidándose ya por completo ...
    ... del escabroso tema. Totalmente entretenido en sus quehaceres y mientras movía unas enormes cajas, escuchó de repente unas risas que provenían cerca del portón. Como asaltado por un rayo, Toribio sintió por un instante que el corazón se le salía por la boca, mientras escuchaba como tocaban con insistencia. Dirigiéndose nerviosamente a la entrada y abriendo la portezuela El cachondo moreno se topó cara a cara con la agraciada petisa que en compañía de una amiguita, le prodigaba coquetamente la más blanca de sus sonrisas. – ¡Leila!… ¿ pero qué haces aquí y quien es ella, ? –inquirió el moreno. – Es mi amiga y se llama María… ¿ qué estas haciendo, no has visto al gordo? – preguntó Leila contorneando su cuerpo provocativamente, – Lito salió a ver unos asuntos y no vendrá hasta mañana y Yo estoy limpiando mi cuarto, – ¿ podemos ayudarle señor ? – pregunto María con atrevida osadía. Las aguantadas negras estaban pidiendo verga a gritos y de todo esto se percató Toribio. Pero no tenía confianza con María a quien recién conocía y esto lo hizo dudar un poco. Sin embargo no pudiendo controlar sus ímpetus, el libidinoso moreno iba a cometer aquí, un error que más adelante le iba a costar muy caro. Haciendo pasar a las intrépidas morenitas pronto comenzó a jugar con estas tratando de ganar la confianza sobre todo de María. Al igual que las perritas en celo juegan ingenuamente con los alborotados machos antes de ser penetradas, las dos lolitas entre empujones y sonrisas, tumbaron al negro de ...
«12...91011...15»