1. Noche de bodas


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... disimulo alguno el más que respetable bulto que se iba formando bajo el pantalón de su novio.
    
    Siempre ha sido muy putita, y no era la primera vez que la veíamos excederse un poco, pero en aquella ocasión, parecían haber perdido ambos el sentido del decoro, y no tardamos en observar cómo sacaba al aire el magnífico aparato de Sancho y comenzaba a someterlo a un sobeteo lento y continuo que fue animándolo.
    
    En poco rato, solo quedaban en el sofá ellos dos y Abel. Los demás habíamos ido apartándonos y, sentados sobre la alfombra en silencio, observábamos el espectáculo. Estábamos ya bastante bebidos, y parecíamos enganchados a un show que no dejaba de animarse hasta el momento en que Nuria, que se había subido sin disimulo alguno encima de su galán, y movía el culito frotando su polla, que parecía apuntarnos, sin dejar de, literalmente, comerle la boca, alargó el brazo hasta alcanzar la de Abel, que no tardó en estar en su mano. Los besos fueron alternándose a partir de entonces entre los dos y cada uno de ellos, no me preguntéis quien, se las apañó para desatar el nudo que sostenía el vestido haciéndolo caer, sobre su regazo e impidiéndonos ver, aunque nadie dejó de saberlo, el momento en que, con un movimiento de cadera, se ensartó en la polla de Sancho lanzando un gemido lúbrico al tiempo que comenzaba a moverse follándolo delante de nosotros y sin dejar de acariciar la que, en su mano, se iba humedeciendo hasta resbalar.
    
    Tengo que confesar que la cosa me estaba ...
    ... poniendo muy perra. Me dejé caer recostando mi peso sobre el pecho de quien creía que era mi marido, que comenzó a morder mi cuello, y me dejé hacer hasta que me di cuenta de que Carmelo, bastante ebrio, estaba a un par de metros, sentado también en la alfombra, y respaldado en el sofá pequeño. Entonces me giré y me encontré con la cara de Alberto, que había empezado a pelear con el corpiño de mi vestido de novia, el corto que me había puesto tras la ceremonia.
    
    - ¿Pero qué haces?
    
    - Calla, tonta, no me digas que no te están poniendo esos tres.
    
    - ¡Joder, que me acabo de casar!
    
    - Si a Carmelo no le importa, mujer.
    
    Efectivamente, borracho como estaba, no parecía disgustarle. Seguía mirando el espectáculo de Nuria y sus partenaires, que había subido de tono al inclinarse esta sobre Abel para tragarse su polla y ser despojada del vestido, aunque volvía la mirada hacia nosotros y no parecía reaccionar.
    
    Traté de resistirme, no sabría decir con cuanta convicción, y me encontré con las manos sujetas por la espalda. Rodrigo, que estaba a nuestro lado, se sumó al asedio, y comenzó a ser él quien fue desabrochándome hasta hacer asomar mis tetas por encima del corpiño. Me sentía agobiada. Me rodeaban manoseándome, me chuperreteaban el cuello, me desnudaban… Adrián no tardó en sumarse a la fiesta, y en poco rato me encontré cubierta tan solo por el corsé, con las tetas al aire, cuatro manos sobeteándolas, y dos dedos en el coño.
    
    No sé cómo explicarlo. Era una sensación ...
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