Una esclava inesperada V
Fecha: 01/02/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... cual asintió. La subí a la camioneta en la parte de atrás y le hice con señas a Eli que no dijera nada. Me subí yo también en la parte de atrás y le dije a Elisa que observara.
Ga iba vestida con un bonito y corto vestido rojo con flores. Un gran escote dejaba poco que imaginar con sus grandes tetas y su cabello caía sobre sus hombros y espalda desnuda. Rápidamente metí mano y le saque las tetas, comprobando que no llevaba bra. “Muy bien”, le dije. Metí mi mano entre sus piernas para comprobar si tampoco llevaba ropa interior y cuál fue mi sorpresa al encontrar que llevaba algo puesto. Elisa estaba bastante asombrada y en ocasiones no quería ver, pero su curiosidad la obligaba a voltear constantemente.
- ¿No te dije que no trajeras nada de ropa interior? – le dije enojado al comprobar que traía una minúscula tanga roja. La verdad se veía muy sexy. – Esto merece un castigo bastante severo.
- Lo hice por eso, para que me castigaras – me dijo con una leve sonrisa – pero esta vez por favor no te midas, es más hazlo ahora, necesito que… me pegues… por favor… ya no aguanto.
- De verdad que estas enferma… – le dije volteando a ver a Elisa que tenía la boca abierta – pero tendrás que esperar. Ahora, no te quites la venda y no pienses moverte de tu asiento. Hay otro pasajero y no quiero que lo molestes hasta que lleguemos a nuestro destino. ¿Entendido?
- Si amo.
- Muy bien – le azoté las tetas y le dije – déjalas fuera. Se ven muy bien cuando están rojas, además ...
... quiero que mi acompañante te vea bien – y les volví a pegar.
Nos pusimos en marcha a casa de Elisa, la cual me miraba con unos ojos difíciles de interpretar. No sé si eran de odio, celos o pasión y calentura. La cosa fue que 20 minutos después estábamos ya en el garaje de Elisa. Y ahí fue donde comenzó la diversión.
Elisa bajó del coche y, a pesar de que llevaba mezclilla, se le notaba mojada la entrepierna. Ga seguía con los ojos vendados y las tetas de fuera un poco rojas, puesto que había aprovechado cualquier momento en que el trafico me lo permitiera para, ya sea pellizcarle fuertemente los pezones o, golpearle esos melones que se cargaba y, además, ella se deleitaba con ese trato. Bajé del coche y bajé a Ga, aun con los pechos al aire y unos pezones amenazantes que apuntaban al cielo.
Elisa le dio la vuelta a la camioneta y justo cuando Ga terminaba de bajar del coche me alcanzó con un riquísimo beso de lengua y me agarró el paquete. Yo aproveché para agarrarle ese colosal y hermoso culo. Ufff!!!! Ese culo era mucho mejor que el de Ga… Me moría por darle unas buenas nalgadas… Ga permanecía callada, pero consciente de que algo perverso pasaba junto a ella. “Todavía no te quites la venda de los ojos. Arrodíllate y comienza a mamar”, le ordené.
Ga obedeció al instante. Se hincó a mi costado y a tientas encontró mi miembro ya erecto sobre el pantalón, del cual me despojó en tan sólo un instante. Yo mientras tanto seguía besando apasionadamente a Elisa mientras la ...