Una esclava inesperada V
Fecha: 01/02/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... de sus tendencias, pero intuí que por lo enferma que estaba, no tendría de que preocuparme y lo estaba comprobando. Elisa me estaba llevando a la gloria con su mamada, aunque de vez en cuando se la sacaba para gemir como una loca. Ga se estaba masturbando mientras mamaba la vagina de Elisa y de vez en cuando aprovechaba para nalguearla y en otros momentos me dedicaba a las tetas de Elisa, la cual agradecía mi tratamiento.
Estuvimos así como unos diez minutos y yo ya no pude más. Le avisé a Elisa que estaba por venirme y ella se apartó aunque siguió masturbándome. Adiviné, por consiguiente que no le agradaba el semen. Así que le ordené a Ga que ella continuara mamando mi verga hasta que me viniera. Elisa se masturbaba y me reclamó por haberle quitado a Ga, pero le respondí que me gustaba que se tragaran mi leche.
Acto seguido, empujó a Ga y le ordenó que siguiera con su labor en su coño y Elisa comenzó a mamar mi verga de una manera frenética. Fue el golpe definitivo. Me vine dentro de la boca de Elisa, quien se tragó todo. Segundos después, sus gemidos indicaron que ella se estaba viniendo una vez más. Así lo hizo y nuevamente salió un chorro de flujo. Esta vez no fue tanta la cantidad, pero si una considerable. Elisa aprisionaba a Ga contra su pucha aunque seguía chorreando. Temí que la ahogara, pero después hizo algo que le devolvió un poco de vigor a mi flácido instrumento: levantó a Ga y después de decirle “ven pendeja, me has hiciste llegar al cielo”, le dio un ...
... beso de lengua, saboreando ella misma sus propios jugos de la boca de Ga, la cual correspondió ávidamente mientras dirigía sus manos a los pequeños pechos de Elisa.
A pesar de que estaba terriblemente excitado, mi verga no respondía. Estaba entre flácida y dura, pero no parecía recuperarse del todo, aunque sabía que era cuestión de unos minutos. Elisa y Ga voltearon a verme con una cara de excitación tremenda y entendí que tenía que recuperarme pronto, porque esas dos mujeres reclamaban sus agujeros llenos.
Quería culear a Elisa, quería probar sus dos hoyos, quería nalguearla, quería cogérmela, pero no podía por el momento. Ordené a Ga que se pusiera como perro y mamara mi verga de nuevo hasta que se volviera a parar. Le dije a Elisa, que por favor nalgueara a Ga, que eso también me excitaría, porque quería penetrarla a ella. Sonrió, al igual que Ga, por lo que ordenaba y proponía. Ga se dedicó a mi verga y Elisa, aunque con un poco de timidez, hizo lo que le pedí mientras me miraba a los ojos con una sonrisa.
Estaba deseando que me la cogiera. Elisa comenzó a nalguearla, pero sus nalgadas eran muy suaves para lo que a Ga le gustaba y le animé a hacerlo más fuerte, a lo que Ga asentía y le decía que lo hiciera sin piedad, con odio y con saña. Elisa, sonreía cada vez más, pero aún no aumentaba su fuerza en las nalgadas y Ga se estaba enojando. No pasaron más de diez minutos, cuando mi verga ya estaba parada de nuevo.
Le ordené a Ga que se volteara para mostrarle a ...