El primer trabajo de Isabel
Fecha: 03/02/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Xella, Fuente: CuentoRelatos
... del sillón en el que se encontraba Isabel y comenzó a lamerle el coño sin prisa, lentamente. A Isabel nunca le habían practicado sexo oral... Era maravilloso... Intentaba asimilarlo todo: las palabras del sr Pérez, el comportamiento de su amiga... pero todo ocurría como en un sueño.
-Espero que te guste tu nueva imagen, vamos a suavizar tus facciones y a aumentar tus tetas unas cuantas tallas. Así podrás realizar mejor tu trabajo. En cuanto acabemos con tu físico, comenzaremos con tu instrucción. Cuando acabe contigo me lo agradecerás, ya verás...
Los gemidos empezaban a acudir a su boca mientras todo comenzó a volverse oscuro.
Isabel estaba deseando empezar la nueva jornada de trabajo. Acababa de terminar el curso de reciclaje y le había ido genial. Mientras se cambiaba, pensaba como era posible que antes fuese con esa ropa tan andrajosa... Con lo bonitas que tenía las piernas... ¡Tenía que lucirlas! ¿Y por qué antes no se ponía nunca escote? Si tienes algo bueno, ¡Enséñalo! Mientras se ponía los tacones, vio llegar a Mónica.
-Holaaaa. -Saludó contenta.
-¡Isabel! ¡Qué guapa estás! ¿Ya acabaste el curso?
-Sí. ¡Ha sido genial! Creo que ahora sí que me adaptaré perfectamente. -Contestó, abrazando animadamente a su compañera.- ¿Y sabes qué? ¡Esta noche tengo guardia yo también!
-¡Es genial! Ya verás qué bien nos lo pasamos.
El curso había dado resultado, ahora no perdía el ritmo con sus compañeras, las cuales ahora sí le prestaban atención.
El señor ...
... Pérez acudió a media mañana, saludando a sus compañeras como de costumbre. Isabel estaba deseando demostrarle que se había adaptado perfectamente. Cuando se acercó, la saludó afectuosamente, acariciando su culo de arriba a abajo, llegando a meter la mano por debajo de su bata. En vez de escandalizarse, Isabel se sintió orgullosa.
Cuando llegó la hora de irse, se dirigió con todas sus compañeras a las salas donde se realizaban las guardias. Entraron perfectamente organizadas, en fila india. Nada más entrar, cada mujer se despojaba de su ropa, dejándola en un armario al lado de la sala, avanzaba hasta Rosa, la cual enganchaba un pequeño collar de perro con una cadena y se dirigía con cada mujer a un rincón de la sala donde era encadenada.
A algunas las decía algo y se las llevaba a una sala contigua.
Isabel entró justo después de Mónica. Cuando Rosa atendió a Mónica le dijo.
-Hoy volverás a atender al señor Pérez... Y tú irás con ella. –Comentó dirigiéndose a Isabel.- Tiene ganas de probaros a las dos juntas.
Al enganchar el collar, las dos se arrodillaron. Rosa acopló un plug anal con forma de cola de animal al culo de cada una de las chicas. El de Mónica era de gatita, el de Isabel de conejito. Como si fuera lo más natural del mundo, las dos chicas siguieron a Rosa, a cuatro patas, sus nuevas enormes tetas colgaban, bamboleándose de un lado a otro.
La nueva vida de las dos estudiantes estaba a punto de comenzar... y eran las personas más felices del mundo.