La peluquera - Relatos Eróticos

La peluquera

... extremadamente celoso así que yo para evitarle molestias y como no me faltaba nada ni emocional ni sexualmente nunca mas mire para otro lado.
Conocí a javier un día cualquiera cuando entró a mi peluquería a pedirme por favor si le cuidaba unos minutos el local que él atendía que quedaba un par de puestos después de el mío, pues tenía que hacer un trámite urgente y su jefe se había llevado las llaves y no llegaría pronto por tanto no podía cerrar. Yo le dije que ningún problema con tal que no se tardara mucho pues si llegaba una clienta no iba a  hacer esperar, el muchacho me dijo que no tardaría más de 20 minutos. Yo a él ya lo había visto pues desde hace unos cuantos días pasaba por fuera de mi local  y si yo estaba en la puerta o cruzábamos miradas el saludaba con un “buenos días” muy cordialmente. 
con los días me enteré que trabajaba atendiendo un local de discos que queda en la galería donde está mi peluquería. en principio no me llamo la atención para nada era un chico alto, desgarbado de no más de 20 años, de pelo largo con coleta, algo de barba y con la típica vestimenta de joven, jeans, poleron y zapatillas, pero daba la impresión de ser un chico tranquilo y de buenos modales.
Cumplió su palabra y regresó muy pronto, me agradeció mucho el favor y yo le dije que no se preocupara. Aquí fue la primera vez que me sentí observada por el, no fue descarado pero noté que miro demás mis tetas, yo no llevaba nada provocativo, al contrario tenía puesto mi delantal de ...

... trabajo. Pero no pude dejar de notar su mirada, al entrar me miré al espejo tratando de ver si tenía algo abierto o manchado que llamara la atención y reparé en lo grande de mi busto y después me vi de perfil y noté lo pronunciada de mi silueta en la parte de las tetas. vinieron extraños pensamientos a mí que no sentí hace mucho tiempo, el de ser observada de otra forma… de una forma sexual, la verdad es que siempre los hombres miran mis tetas y cuando era más joven mucho más  porqué llaman mucho la atención por su tamaño pero en el último tiempo esas miradas se hicieron cada vez  más esporádicas y a mí no me generaban nada, por ejemplo el cartero siempre me miraba de forma descarada y al principio intento llamar mi atención pero yo nunca le di pelota porqué era un hombre que no me provocaba nada, en cambio esta vez fue diferente, algo provocó ese chico en mi al mirarme de esa forma.
Ahora todos  los días él pasaba y ya no saludaba de manera rápida  sino se detenía en mi puerta me saludaba de manera afectuosa preguntándome cómo estaba, ya me llamaba por mi nombre, pero me decía “señora”…. “Señora Marta”, además empezó a visitarme seguido, venía a medio día y me preguntaba si necesitaba algo pues iba a ir a comprar, y en las horas de menos gente siempre trataba de ir a conversar conmigo, me preguntó dónde almorzaba pero como yo le dije que vivía cerca e iba almorzar a mi casa no insistió en eso.
en esas conversaciones me enteré de que iba su vida. Tenía 19 años recién cumplidos iba ...