La peluquera - Relatos Eróticos

La peluquera

... a entrar a estudiar a la universidad, había conseguido este trabajo por el verano para juntar dinero, vivía con sus padres en un sector retirado de donde estaba la galería. Me di cuenta por mi misma que si bien era muy sociable, no tenía casi amigos de su edad, intuí que se relacionaba mejor con gente mayor y además supe que no tenía novia.
Más allá de lo amable y buena persona que el muchacho parecía estaba claro que algo sentía por mí, una atracción,  pues las conversaciones eran claramente una excusa para estar cerca mío, me miraba constantemente, trataba de que yo no me diera cuenta, lo hacía cuando yo me descuidaba, una vez  me hice la distraída y le di la espalda, pero solapadamente mire por el espejo sin que él lo notara, y ahí estaba mirando mi culo, lo miraba fijamente hasta que yo me di  vuelta y siguió nuestra conversación, al comienzo me incomodó un poco, pero prontamente me empezó a gustar, me causaba curiosidad saber que provocaba en ese chico tan joven una mujer de mi edad y con mi físico, tan diferente a la mayoría de las chicas de su edad. Hasta que una noche acostada en mi cama empecé a pensar en el, en cómo miraba disimuladamente mis tetas y principalmente en esa mirada que le dio a mi culo cuando pensaba que no lo veía, y me empecé a excitar, era una sensación que no experimentaba hace bastante tiempo, tenía un cosquilleo, un pequeño ardor en mi entrepierna, ahí me di cuenta que ese chico me calentaba,  me calentaba porque era joven y me di cuenta que ...

... me excitaba ser deseada por un chico más de 20 años menor que yo…apague la luz y trate de dormir.
Al día siguiente y casi inconscientemente me vestí ligeramente distinto, me puse una falda más entalladas que tenía guardada y que marcaba más la figura de mi culo y una camisa entallada con botones.
Antes de que el muchacho fuera ese día a su clásica conversación de medio día y al ver que no tenía ninguna clienta me saque el delantal abrí los los primeros botones de la camisa y lo esperé. Cuando apareció note inmediatamente su sorpresa, pero lo disimuló al instante, en un momento me acerqué mucho a él con la excusa que tenía algo en su camisa y cómo es más alto que yo clavo su mirada en mi escote, pude sentir como subía la temperatura de mi cuerpo y volvió ese ardor en mi entrepiernas los pelos se me erizaron, y como me quede un rato muy pegada a él y quería que siguiera observando, mire hacia abajo para disimular y vi algo que hasta el momento no había notado, el chico estaba en palmado, noté el bulto en su entrepiernas, me puse un poco nerviosa y me retiré de su lado, así seguimos la conversación tranquilamente hasta que llegó una clienta y él se fue a su local. Pensé todo ese día y esa noche en lo que había pasado y cuando me iba a dormir ya no pensaba solamente en lo que yo provocaba en el muchacho sino también en lo que él provocaba en mí… y la imagen de ese bulto en su entrepiernas.
Los días pasaron y ya iba casi un mes que conocí al muchacho y ya teníamos mucha más ...