La chica del bar y mi amiga - Relatos Eróticos

La chica del bar y mi amiga

Han pasado varias noches después el último sueño erótico que tuve, sin embargo me ha gustado la sensación de escribir un relato y saber que al lector le agrada la descripción de mis sensaciones y experiencias en los sueños. Aunque no son reales, pero parece ser que a mi mente le gusta la idea de fantasías y muchos se encuentran identificados o con el antojo de hacer suya esa fantasía, o simplemente lo viven a través de mis relatos.

Este es el segundo relato que hago, puesto que no siempre recuerdo lo que sueño, y cuando puedo recordar, escribo partes de lo que he soñado en mi celular, y después trato de recordar e imaginar lo que pasó. Las personas en mis sueños no siempre tienen rostro, así que me es fácil imaginar a alguien en su lugar, dicho esto, el siguiente relato empieza así:

Creo que es uno de los lugares más comunes en donde tener fantasías y tratar de hacerlas realidad, la playa. Sin embargo, es más interesante y más erótico hacerlo en un hotel, donde sabes que te pueden cachar o estar viendo otras personas y disfrutar de lo que haces, a veces saber que te están viendo y tu le pones más energía a lo que estás haciendo. Resulta que en mi sueño, me voy a un hotel a donde me solicitaron ir para realizar unas cotizaciones de trabajos de mantenimiento y para futuros proyectos de imagen corporativa que la empresa tenía, ellos me ofrecieron una noche gratis en el hotel, pero decidí pagar y quedarme una noche más para descansar de una semana ardua de trabajo. El ...

... hotel un lugar grandísimo, donde solo van adultos y cero niños, la atención excelente, puedes caminar a cualquier rincón del hotel sin que te digan que no puedes acceder y el personal muy amable. Las bebidas deliciosas, la vista de las mujeres extranjeras extraordinaria, pero nada mejor que lo local (a gusto personal). Terminé mi recorrido por el hotel y era momento de almorzar, fui a uno de los restaurantes de buffet y me ocupé una mesa que tenía vista a la piscina y al mar al mimo tiempo, esa sensación que tienes cuando estás en un buen lugar, buena comida, buena bebida y una excelente vista, listo para relajarte. Fue cuando vi a una amiga solicitando su toalla a un costado de la piscina y con la esperanza de que me vea, levante la mano y solamente me sonrío, creo que no me distinguió por la distancia a la que estábamos. Sin embargo me puse feliz de verla ahí, y no perdí la esperanza de que me la encontraría en la noche o al día siguiente para saludarla y compartir al menos una de las comidas.

Rato después de comer, fui a la piscina y al bar, ahí conocí a gente muy amable y divertidos, por su puesto, yo representando a mi México querido, invité a los que estaban cerca de mi a un rico tequila seco, y solo pude ver sus expresiones al beberlo, creo que los americanos no están hechos para el tequila. Pero la experiencia siempre es buena al hacer amistades. Sin embargo, hice match con una chica en la barra de la piscina, que su historia fue algo extraña o al menos eso recuerdo, ...