La chica del bar y mi amiga - Relatos Eróticos

La chica del bar y mi amiga

... que ella estaba en el hotel porque se ganó un viaje y tuvo que viajar sola porque su compañera enfermó y no pudo acompañarla; pero bueno, agradecí que tuve un rato compañía y con quien platicar.

Ya después de un rato en la piscina y beber varios tequilas, me fui a mi habitación a descansar un rato, y para mi sorpresa vi a mi amiga entrando a su habitación que estaba justo en frente de la mía, ¿casualidad o fue el sueño que me llevo a eso?; platicamos unos minutos, me estaba ganando las ganas de ir al baño, y ella quería entrar a descansar a su habitación. Dormí un rato y me levanté listo para ir a cenar, a un restaurante de especialidad japonesa, tenía ganas de un buen corte y sazón diferente. Pero esta vez si tendría compañía, la chica del bar; nos encontramos en el restaurante y entramos a comer, pero yo no pude dejar de pensar en mi amiga, traía un traje de baño negro, con algunos estampados de color turquesa, un escote que te hacen pensar en muchas cosas y cuanto tiempo tardarías en recorrer sus pechos con tus labios, una carita linda y sus ojos brillantes; esa imagen andaba en mi mente durante la cena, y creo que de tanto imaginar, tuve una erección, la ventaja que no se notaba por el mantel de la mesa.

Después de la cena, la chica del bar se fue a su habitación y yo me fui a caminar para bajar la comida, crucé por la piscina y me fui a los camastros de la playa, siempre me ha gustado admirar el cielo y las estrellas. Encontré en ese lugar a mi amiga, con una ...

... vestido muy lindo, de color crema, con un lindo escote, ella muy tranquila y relajada, me senté a lado de su camastro, y no dije ni una sola palabra. La primera frase que salió de sus labios fue: ¿Y tu amiga, no vendrá aquí contigo?, a lo que me di cuenta que no le dije en donde estaría y tampoco le pedí su número para estar en contacto, pero no era importante para mi en ese momento, y le respondí que no, que ella ya se fue a su habitación.

Seguimos platicando un rato de cosas en común, preguntando por nuestras situaciones actuales, y pasadas, y no nos dimos cuenta de la hora, ya todo estaba apagado jejeje y nosotros en lo oscurito. Ella se acuesta de ladito para verme  y su escote se vuelve más pronunciado, yo aparté la mirada para que no se sienta incómoda de que la veo a los pechos, ella sonríe y me pregunta: ¿A caso no te gustan?, están muy apretadas con este bra, ¿me lo desabrochas?; me quedé sin palabras en ese momento, pero se lo desabroché, y ella hizo un sonido como de alivio, se puso de pie, agarró mis manos y se las puso en su trasero, y me preguntó ¿sientes mi ropa interior?, a lo que le respondí, no, no siento nada, y me dice, es porque no traigo, me gusta sentirme libre, aquí en el hotel puedo hacer lo que quiera, y nadie me va a juzgar, ni criticar ni tener consecuencias de nada, y asentí mi cabeza dándole a entender que tenía razón y que estaba de acuerdo con ella, obviamente en mi menté pasaban muchas cosas, y mi pene ya estaba erecto al sentir la silueta de su ...