1. Empleado para todo


    Fecha: 06/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Carlosle, Fuente: CuentoRelatos

    ... altura me agarró por los huevos, no me hacía daño, pero cualquier hombre sabe la sensación de indefenso que nos produce el hecho de que nos agarren por ahí. Me empujo contra la pared y acercando su boca a mi oído me pregunto:
    
    —¿Te crees que soy idiota?
    
    —Te pone cachondo ¿A que sí? —Me dijo en tono excitado mientras tiraba un poco más de mis partes y metía la lengua en mi oído
    
    —Si —Se me escapó de la garganta sin quererlo decir.
    
    Me mordió la boca mientras me desabrochaba los pantalones y los bajaba junto con los calzoncillos, después se puso de rodillas, y se tragó mi polla, abrió mis piernas y me introdujo un dedo en el culo, estuvimos así un buen rato en medio del pasillo y rematamos la faena en la cocina puesto que estaba más cerca que el dormitorio. Follamos como hacía tiempo que no lo hacíamos.
    
    En los siguientes meses esta fue la fantasía recurrente entre Blanca y yo. Cuando salíamos ella bailaba con él muchas veces, los veía en las canciones lentas como se apretaban el uno contra el otro y ella me hacía gestos obscenos pasando la lengua por los labios y cosas así, después cuando llegábamos a casa y follábamos me decía lo dura que se le había puesto a Chema o como la agarraba por el culo y apretaba fuerte su verga contra su clítoris cuando mi ángulo de visión no podía verlo estas cosas nos daba muchísimo morbo. Debo confesar que al principio cuando se me bajaba el calentón sentía muchos celos, pero según fue pasando el tiempo, estos poco a poco ...
    ... desaparecieron, a cambio cada vez sentía más ganas de ser un cornudo maricón.
    
    Un sábado que íbamos los tres con unas copitas Chema nos invitó a su casa, cuando llegamos preparó unos cubalibres y nos propuso jugar a un juego de dados. La cosa era sencilla cada cual tenía dos dados, cada vez empezaba uno distinto de forma rotativa, tiraba y cuando veía el resultado hacía un mandato que tenían que cumplir los dos perdedores, de tal forma que el mismo que tiraba podía perder, si sacabas un resultado alto pedías cosas difíciles o comprometidas y si era bajo lo contrario, después de varias jugadas con tonterías de si besitos, si danzas eróticas y otras cosas ñoñas, le tocó el turno a Blanca, sacó una puntuación de cinco y dijo:
    
    —Los que pierdan tienen que olerse el sexo mutuamente durante dos minutos.
    
    Tiré yo y saqué un cuatro, tiro Chema un dos, dijimos que no que aquello no lo íbamos a hacer, a lo que Blanca contestó que el juego había que cumplirlo. Así que nos desnudamos Chema se acostó en el suelo yo me puse encima haciendo un 69 Se me hacía imposible reprimir la erección mientras sentía como me olía la polla y los huevos, su aliento cálido y los roces supuestamente casuales de su nariz, además el olor que desprendía su sexo, lo que ya acabó con mi resistencia fue cuando vi como la tranca de él se ponía tiesa y hacía ese movimiento que hace una polla cuando tiene una erección, el capullo moviéndose arriba y abajo. Poco después Blanca me abrió bien las nalgas para que él me oliese ...
«1234...»