1. Violación a una voyeur


    Fecha: 08/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... puesto la cámara en esta habitación. -dijo él señalando a Natalia con la mirada.
    
    Natalia, allí en medio de la habitación tembló. No he descrito como era Natalia hasta ahora. Era bajita, de un metro y sesenta y poco y delgada. Morena aunque de tonos más claros cuanto más cerca del borde del pelo, que le llegaba a los hombros. Ojos grandes y oscuros. Una boca también pequeña. Tenía un gracioso lunar cerca de la comisura de los labios en el lado izquierdo. En aquel momento, por las lágrimas que había soltado, tenía las mejillas algo manchadas de pintura negra. Llevaba puesto un pantalón corto de color rojizo con un cinturón blanco, una camisa de mangas cortas, y ceñida, amarilla y unas sandalias planas con piedrecitas de colores. Se decidió por mantener la historia que le había contado a Antonio y contársela igual a la mujer.
    
    -Ese reloj es mío. Lo... lo puse aquí por curiosidad. Pero no... no lo he usado para mirar nada al final. De verdad. Me daba cosa... no sé... no pude instalarlo... daba error... En serio. No he visto nada. Por favor. Me he equivocado vale. Lo sé. Pero no pueden denunciarme a la policía. Por favor. Se va a montar un escándalo. Por favor. Por favor. -y empezó a llorar de nuevo.
    
    -¿Qué hacemos cariño? -le dijo Antonio.
    
    -A ver que nos ofrece la pequeña voyeur a cambio de que no digamos nada. -dijo la mujer levantándose.
    
    En ese momento se abrió la puerta del espacio que cerraba al wc. Natalia no se había percatado de que en la habitación ...
    ... había alguien más. Salió un chico joven, mulato. Tendría sobre los 25 o 26 años. Vestía vaqueros, aunque iba descalzo y sin camiseta. Estaba muy musculado, chico de gym seguro, y tenía un gran tatuaje en un brazo. Llegó andando tranquilo y sonriendo.
    
    -Vaya vaya. Tenemos compañía de más en la fiesta ¿no?
    
    Natalia miró a los ojos de la mujer que se le había plantado delante. Le brillaban. Se giró luego a mirar a Antonio. Éste seguía apoyado en la puerta de entrada con una sonrisa.
    
    -No le diremos nada a nadie de ese reloj. -empezó a decir y eso hizo que Natalia la mirara y sonriera.
    
    El mulato se había sentado a la mesa y estaba preparándose una dosis de coca.
    
    -Pero a cambio le vas a comer la polla a mi marido aquí delante de mi, pequeña puta.
    
    Natalia tembló. Notó como se sonrojó. Y voz titubeante dijo:
    
    -¿Qué? ¿Comerle la polla a Antonio? Ha... ha sido profesor mío. No puedo... no quiero. No lo voy a hacer. Estáis locos si...
    
    -Pues ya sabes entonces lo que te queda. Explicar ante la policía que has hecho. - dijo la mujer con una amplia sonrisa
    
    -Pero... noooo. Un momento. Habrá otra cosa que...
    
    -Ponte de rodillas y mámasela.
    
    Natalia agachó la mirada, mirándose las uñas de los pies pintadas de rosa. Y volvió a mirar a la mujer. Ésta le colocó la mano en un hombro y la empujaba hacia el suelo.
    
    -Va... vale. Lo haré – y se giró a mirar a Antonio.
    
    Joder. No quería hacer aquello. No quería comerle la polla a aquel gordo que la miraba con cara de ...
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