1. Historia del chip (045): Nuevas normas (Enko 004)


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Lesbianas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... el cinturón de castidad?
    
    —No lo necesitas ¿verdad? Vas conmigo y además a estas alturas confío en ti.
    
    Trudy asintió, algo inquieta. En realidad, era de ella misma de quién no se fiaba. Sus manos ya deseaban ir hacia la región prohibida. Enko se puso enfrente de ella y acarició los senos, sabiendo que debía de hacer que dejase de prestar atención a sus partes bajas.
    
    —Trudy. Eres más fuerte y capaz de lo que te crees. Tu cinturón de castidad no es permanente, pero tu compromiso conmigo sí. No te tocarás entre las piernas… ¿verdad?
    
    Asintió sin convicción, pero mantuvo las manos a los lados mientras que Enko saboreaba los senos. No tardaron en volver a las andadas y Enko descargó en la boca una vez más. En cuanto acabó, le dijo que se pusiera un top y unos tacones.
    
    —¿Y pendientes? ¿Me maquillo?
    
    —Nada más. ¿Estás mejor?
    
    —Sí… es sólo que me pides demasiado. No puedo pensar en otra cosa.
    
    —Sí puedes. Vas a enseñar tus labios a todos, tu pubis reluciente. Y todo por mí. Tendrás más ganas cuando volvamos. Hoy te voy a hacer un regalo.
    
    —¿Un regalo?
    
    —Ya verás. Coge el bolso.
    
    *—*—*
    
    Era un sitio lujoso. Medio mezcla de club para hombres, sitio de alterne y una pequeña tienda que era como un sex-shop. Trudy nunca había estado en un sitio así y su falda ultracorta, con sus tacones que obligaban a mover caderas y pechos, eran un reclamo imposible de obviar para esos caballeros.
    
    Enko le cogió la mano.
    
    —Sé tú misma, Trudy. Son sólo hombres. Les gusta ...
    ... lo que ven. Me gusta exhibirte.
    
    Pulsó en un botón y entraron en un reservado. Trudy observó que daba al sex-shop por la parte de atrás. Nadie sabría que estaban allí.
    
    —Hola, Mike. Esta es Trudy.
    
    —Encantado, Trudy.
    
    —Igualmente, Mike.
    
    —Te va ayudar en tu transición y cuidará de ti cuando yo no esté. Quítate la falda, el top y los zapatos y dáselos.
    
    En otras palabras, que se quedase completamente desnuda. Trudy cumplió con rapidez, algo extrañada y a la vez sin demasiados reparos. Su vida no era la misma hacía tiempo.
    
    Una vez se quedó como vino al mundo y entregó la ropa, tuvo el dilema con las manos. No debía taparse, eso era obvio, pero no sabía cómo ponerse. Enko tenía la respuesta.
    
    —Ponte aquí, en esa esta especie de placa de metal.
    
    Trudy se colocó sobre ella, sintiendo su frialdad en la planta de los pies de inmediato.
    
    —Cuando te halles delante de un hombre que haya sido tu amante, las piernas deberán estar bien abiertas. Con Mike, también.
    
    Trudy abrió bien las piernas lo suficiente como para enseñar sus órganos hasta hace muy poco ocultos por el cinturón de castidad. Un extraño tenía más oportunidades que ella misma.
    
    —Encoge un poco el estómago, saca el pecho sin forzarlo, postura recta y orgullosa, totalmente centrada. Mira hacia delante.
    
    No era difícil de hacer, sólo de mantener. Mike podría contemplarla con detenimiento. Pero este ni se inmutó pues se volvió a hablar con Enko. Trudy se molestó un poco, ante la indiferencia real o ...
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