Perdí la virginidad con mi hermano
Fecha: 11/02/2018,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: Lila, Fuente: CuentoRelatos
Todo comenzó un día de primavera, mi hermano mayor y yo teníamos días libres y mirando a mis padres dijimos: ¡Oye! Preparamos la mochila y nos vamos de escapada unos días, ¿vale? Los dos se quedaron sin saber que decir y mi hermano, con su poder de persuasión, con dos palabras que les dijo, dieron su aprobación. Así que después de cenar, los dos preparamos las mochilas y pusimos el despertador a las nueve de la mañana para salir de viaje, sin saber bien qué rumbo tomar.
Cuando nos montamos en el coche mi hermano propuso ir a una ciudad cercana, tenía fama y él quería descubrirla, así que yo asentí y el comenzó a conducir. Tengo suerte de que a mi hermano le guste la misma música que a mí, ya que pusimos el random del portacds y estuvimos todo el camino hablando y cotilleando sobre nuestra escapada y nuestros amigos. Hay que decir que yo tengo 18 años y no es que sea una chica guapa, pero sí resultona, mi hermano es cuatro años mayor que yo, y fue por eso que mis padres no pusieron ninguna objeción a nuestra escapada.
Cuando llegamos a la cuidad, tan sólo nos interesó uno de los parajes y tras estar horas en él y comer en un parque cercano, empezamos a dar vueltas con el coche para encontrar algo que nos agradase, pero con los datos que nos habían dado en la oficina de información turística, siendo que marcaron lo más interesante, nada hizo que nos quedásemos a pasar la noche allí. Mi hermano me miró y propuso probar suerte en otra ciudad, para ver si encontrábamos ...
... algo que nos llamara la atención. Acepté ya que era una escapada rápida y era él el que conducía, con lo que casi mandaba en la expedición.
Cuando íbamos de camino, sin contar que nos perdimos gracias al mapa poco actualizado que llevábamos como ayuda, nos dimos cuenta que ya era muy tarde y que nos vendría justo encontrar un hotel con habitaciones libres, así que nada más llegar dimos con la estación de trenes, bajé del coche mientras él esperaba y me dirigí a las taquillas para pedir información sobre hoteles y preguntar dónde se encontraba la oficina de información turística. Muy amables me dieron un plano de la ciudad y me dijeron dónde estaba la oficina, así que como tenía que andar unos diez minutos, llame al móvil de mi hermano para que no se alarmara y comencé a andar. Me gustó el ambiente de la ciudad, ya el día estaba desapareciendo, pero se respiraba tranquilidad... a paso rápido llegué a la oficina que estaban a punto de cerrar y cuando entré preguntando por cosas de interés y sobre todo por un hotel donde poder alojarnos, la chica abrió sus ojos como platos.
—¿Aún no tienes sitio donde dormir?
Yo asombrada contesté:
—No, estamos mi hermano y yo y acabamos de llegar a la cuidad, pero contábamos con que, al ser miércoles, no habría problema en encontrar algo.
—De normal no lo habría, pero estamos en plena feria y esta todo abarrotado, no creo que a estas horas lleguéis a encontrar algo, pero... mira, todas las que tenemos nosotros, sé que están al ...