Amigo sin codigos
Fecha: 11/02/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... diciendo, si porque mi vagina estaba inundada o porque mi boca había quedado abierta y se me caía baba como si estuviera drogada.
-Sin forro no, espera, estás loco?
-Si, asi me calienta mas, la sentís mejor.
Comenzó a cogerme salvajemente, primero yo encima de él, después de costado y finalmente el encima mío, por supuesto sin forro.
-Si no te gusta puta, deja de gritar parece que te estoy matando.
-No. Los vecinos haaa… nos van a escuchar… haaa si, si.
-Queres que te saque a coger al balcón mi putita?
-No por favor. Haceme lo que quieras, pero acá en la cama, afuera no.
Comenzó un metesaca brutal, no se cuánto duro pero me arranco creo que más de dos orgasmos seguidos, cosa que muy extrañamente a mí me pasaba. Todos transpirados enredados en las sabanas saco su pija y como si estuviésemos en una película porno me acabo por todo el cuerpo, dos o tres chorros de leche, yo creo que me reía y lloraba a la vez.
Una vez que terminamos volé hacia el baño y comencé a ducharme. Eduardo entro y se metió en bolas junto a mí en la ducha.
-Por favor, entendeme no te quiero ver más, ándate, te lo ruego.
-No te gusto? Veni que te enjabono yo. Contame que es lo que más te gusto que si me calentas nuevamente te vuelvo a coger acá en el baño.
-Sabes que me gustó mucho, pero esto está muy, muy mal, no seas así.
Salí del baño a medio secar y comencé a vestirme mientras él me tocaba por todas partes con sus manos y su poronga ahora flácida, pero igual ...
... enorme. Me vesti aun con el cuerpo mojado y me fui a trabajar como estaba. En la entrada me cruce con unos vecinos y sentí que todos me miraban mal.
Ya en el trabajo me decidí a llamarlo a Javier. No sabía qué hacer, siempre nos contábamos todos, pero esta vez era un poco más complicado confesarle todo. Le dije que Eduardo me había mirado mucho en casa y que estaba muy incómoda. El trato de tranquilizarme, me dijo que Eduardo era muy calentón, pero que el ya había hablado con él y podía estar tranquila. Comenzamos a gritarnos por teléfono, yo ya tenía casi un ataque de nervios, estaba a punto de gritarle que su amigo me había pegado una cogida inolvidable en nuestra cama cuando el también a los gritos me dijo
-Eduardo se hizo flor de paja también ayer a la noche, quédate tranquila.
-Vos me aseguras eso? Lo viste? Vos también te pajeaste con el ayer?
-Si queres eso lo charlamos mas tranquilos en casa mi amor. Ahora no.
Lo que me estaba pasando era increíble, finalmente lo convenci para que esa noche no cenemos en casa y de paso le diera un ultimátum a Eduardo para conseguirse otro lugar donde pasar la noche.
Nos fuimos a cenar a un restaurante en Puerto Madero, pero para mi sorpresa, Eduardo nos invito la cena a modo de agradecimiento por haberlo albergado en casa. Es un cinico. Yo tenia miles de preguntas para hacerle a Javier, empezando por saber exactamente que tipo de relaciones había tenido con este Eduardo, pero con él presente era imposible hablar de nada ...