Amigo sin codigos
Fecha: 11/02/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... profundo. La cena se mantuvo en carrilles formales toda la noche. Yo nerviosísima, al borde de un real ataque de nervios. Eduardo estaba exultante, tomamos un par de vinos carísimos y después pedimos, creo, que dos botellas de champan. Yo para tranquilizarme tomaba y tomaba. Los dos me hacían chistes en doble sentido, Javier se pensaba muy gracioso y yo pensaba si supieras flor de cornudo, lo que me paso hoy. Tanto tomar en un momento decidi pasar al baño. Estaba en el retrete orinando e intentando ordenar mis ideas cuando sentí que alguien ingresaba al baño y acto seguido golpeaba reiteradas veces la puerta de mi habitáculo, apenas vestida abrí la puerta y vi aterrorizada que Eduardo se metía conmigo en el pequeño retrete donde apenas cabía un inodoro y él y yo apretados.
-Sos un zarpado. ¿Cómo venís acá?
-¿Qué tiene? Somos amigos, ya nos conocemos…
-No vas a pretender nada de nuevo, ¿no? ¡Javi está solo en la mesa!
-No, quedate tranquila, ya hable con un mozo canchero. Ahh… la comida estaba muy rica, pero tomamos mucho. Y se desabotonó el pantalón. Ya estaba al palo y se acomodó frente a mi para que la verga enorme le sobresaliera del calzoncillo y asomara por la bragueta abierta.
-¿Qué hacés, Eduardo? ¿Estás loco?
-Vení, linda…Vení a buscar lo que te debo desde la mañana.
Y creo que esta es la parte que más me avergüenza. Le dije que no, pero fui lenta e inexorablemente hacia la entrepierna de Eduardo, y me deglutí de un bocado la gruesa ...
... pija.
Arrodillada entre las piernas de Eduardo, fele y trague verga con unas ganas que hasta entonces no había experimentado. Lo pajaeaba de arriba abajo y la tenia dentro de mi boca.
-Esas tetotas que tenés me vuelven loco…, no veía la hora de que el cuerno se distrajera…
-No le digas así… le recrimine.
-Pero lo es... ¿Cuántas veces lo hiciste cornudo, bebé?
-Nunca. Mi esposo no es cornudo.
-Hoy lo fue. Y me apoyó la mano sobre la cabeza y la presionó para abajo, para que le siga chupando la verga.
-¿Te volvió a coger estos días?
Negué con la cabeza, sin soltar la pija.
-Qué mal eso. Uy, qué lindo cornudo vamos a hacer, nena.
Esta vez no dije nada. Seguí comiendo pija sin soltarla.
-Y piensa que yo me canso haciéndome pajas por internet no?
Frene la cabeceada sobre su pija, sin sacar la boca del pedazo y asentí.
-Corazón, eso está muy mal… De ahora en más te voy a coger yo, ¿sí?
-Ni lo sueñes, nunca más, esta es tu despedida disfrutala bien.
Me tomó del rostro con ambas manos y me detuvo. Me manoseó los pechos por sobre el escote, y las piernas y la cola debajo de la falda.
-Qué buena que estás… Te merecés mucha pija…
Eduardo me levanto la falda, bajo la tapa del inodoro con gran destreza se sentó, se deleitó con mis pechos, me hizo girar para verme la cola grandota y redonda.
-Putona, cómo te voy a coger…
-No. Y diez segundos después estaba sentada sobre el mástil de Eduardo, de espaldas a él, con la bombacha corrida hacia un ...