Secreto a cuatro voces 2: Las dos habitaciones
Fecha: 12/02/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Sirena y Triton, Fuente: CuentoRelatos
... le subió encima, la besó intensamente y la penetró con fuerza. En pleno bombeo, César comenzó a decir: “Eres la mujer más buenota que me he cogido”, “Tienes el mejor culo al que le he metido mano”, “Si fuera por mí, sólo te cogería a ti”.
Carolina al oír todo aquello, soltó también lo que llevaba por dentro. “Coño César, me estoy emperrando con esto”, “Me mojo muchísimo cuando pienso que tengo tu pene dentro de mí”, “Nunca había estado tan veraneada”. Y después que ella tuvo su siguiente orgasmo, César soltó con toda la fuerza su semen. Sudaba montones. Por eso tomó una esquina del forro destendido de la cama y se secó la frente, pero sin bajarse de Carolina. Hubo un momento largo de silencio, donde sólo se oía la respiración entrecortada de los dos y el aire acondicionado.
Roberto sacó su pene de la entrepierna de Tamy y luego de cambiarse el preservativo, la penetró por el ano. Lentamente y con toda la paciencia, esperó a que los gemidos de ella le fueran orientando la velocidad que debía tener. En un par de minutos, ya Tamy tenía la suficiente dilatación y excitación para la maniobra. Roberto, la rodeó con su brazo y con sus dedos le masajeaba su clítoris. El ritmo se volvió cada vez más fuerte. Él le decía en tono entrecortado: “Que culo más rico”, “Lo tienes super apretado”, “No se puede aguantar mucho en ese culo”. Y ella, sorprendida de lo que le gustaba el sexo anal, gemía y sólo se le oía: “Échamela cuando tu quieras”.
Después del primer orgasmo anal de ...
... Tamy, Roberto soltaba todo su semen en aquel apretado agujero. Los dos llenos de aceite, sudando y un tanto cansados por la posición, se dispusieron a bañarse. Ya que preparar el jacuzzi tomaría algún tiempo, lo comenzaron a llenar y se metieron a la ducha. Sin decir mucho, abrieron el chorro, y lentamente se enjabonaron mutuamente.
Carolina y César ya estaban en el jacuzzi. Él le acariciaba las piernas, mientras ella hablaba de lo bien que se sentía por haberse desahogado. Contaron algunos chistes, se rieron y por la temperatura del agua y el cansancio, les provocó dormir un rato. Salieron, se secaron y se metieron debajo de las sábanas. Carolina se colocó de espaldas a César, y sin plena intención, sus nalgas le rozaban el pene. Esto hizo que él tuviera una segunda erección, y así mismo como estaban y por lo cansados la volvió a penetrar, pero esta vez sin preservativo, al ritmo de un rapidito, pero con la misma intensidad del momento. Tuvieron el orgasmo casi al mismo tiempo. Y como el agotamiento ya era mucho mayor, se quedaron dormidos en la misma posición.
Tamy ya estaba en el jacuzzi, cuando Roberto se dispuso a entrar. Esta se levantó, y antes de que él estuviera totalmente sumergido, lo empujo suavemente para que quedara sentado en el borde. Ella se arrodilló y se metió su pene en la boca. Lo lamía y se lo introducía con muchas ganas, hasta que sintió que ya había logrado producirle otra erección. “No soy tan mala haciéndolo, ¿verdad?”, le dijo a Roberto, que ya ...