1. Un viaje a la playa con mi madre y yo


    Fecha: 15/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... de atrás del edificio y a esa hora soplaba una frisa fresca. Mi madre seguía con el bañador puesto.
    
    Hablamos de cosas triviales y en ese momento cruzó sus piernas. Sus muslos se acentuaron aún más. Yo me estaba poniendo nervioso.
    
    La conversación dio un giro.
    
    —Hijo, ¿cómo te gustan las mujeres?
    
    —Pues... no sé... —no sabía que decirle.
    
    —¿Te gusta tu madre?
    
    Me quedé en blanco.
    
    —Que si te gusta tu madre —volvió a repetir la pregunta.
    
    —Eres una mujer muy hermosa. Papá es afortunado —le dije— pero eres mi madre y eso es todo.
    
    —¿Eres virgen?
    
    —Que pregunta es esa.
    
    —Que si te has acostado con alguna mujer.
    
    —Ya sé que significa virgen. Pues no, no me he acostado con ninguna.
    
    —He pensado —dijo, y volvió a cruzar las piernas— que como a tu padre le queda una semana para llegar, podríamos aprovechar para enseñarte un poco.
    
    —¿Un poco de qué?
    
    —¿Quieres echarte novia y no sabes qué hacer con ella?
    
    —¿Y qué propones? —Me estaba haciendo el tonto. Sabía perfectamente que me estaba proponiendo.
    
    —Soy tu madre, pero también tu amiga. Y partir de ahora seré tu maestra. Te enseñaré todo lo que tienes que saber sobre sexo. Y no te juzgaré. Te mostraré como hacer gozar a una mujer y llevarla al éxtasis. Yo tuve que enseñar a tu padre cuando éramos novios y ahora lo haré contigo.
    
    Como no sabía que decir, ella se adelantó:
    
    —Primera lección. Ama el cuerpo de una mujer con si fuera el tuyo—. Y diciendo esto me cogió del brazo y entramos en su ...
    ... habitación.
    
    Yo no sabía que pensar y mucho menos que hacer. ¿Dónde me metía? ¿Salía corriendo del apartamento? Mi madre quería enseñarme sexo y yo, como joven que era y aunque con la libido un poco por las nubes, no podía hacer eso. ¿Cómo iba a acostarme con mi madre? El incesto estaba prohibido en nuestra sociedad. Y más aún, si lo hacía, ¿con que cara miraría luego a mi padre?
    
    En esto estaba cuando me encontré con que mi madre ya había quedado en pelotas delante de mí. Sus tetas apuntaban a mi cara aunque cayesen y unas gotas de sudor mojaban su cuerpo, haciéndolo más apetecible aun.
    
    Me quedé sentado en la cama y mi madre se sentó conmigo.
    
    —Qué hijo, ¿te gustan mis tetas?
    
    No sabía que decir, pero estaba seguro de que sabía mi respuesta.
    
    —Me encantan mamá. Son lo más hermoso que he visto.
    
    —Están un poco caídas ya —me dijo.
    
    —Me da igual. Para mí son preciosas.
    
    —Anda, tócamelas.
    
    No me atrevía, pero ella cogió mi mano derecha y la llevó hasta su pecho izquierdo, y comenzó a sobarlo arriba y abajo. Su pezón se puso duro.
    
    Luego repitió la misma operación con mi otra mano y su otro pecho. Para entonces tenía una erección enorme.
    
    —Antes de que tengamos sexo, voy a tener que masturbarte. Hoy no lo haremos aun (el sexo). Quiero que disfrutes y luego me hagas disfrutar a mí. Pero luego siempre será al revés. En tus relaciones tendrás que anteponer el placer de tu chica al tuyo, porque ya sabes que las mujeres tardamos más en excitarnos. Y cuando penetres ...
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