1. Un viaje a la playa con mi madre y yo


    Fecha: 15/02/2018, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... a tu chica, será cuando ella haya llegado al máximo de su excitación. ¿Entendido?
    
    —Claro, mamá.
    
    —Espera que voy a coger lubricante.
    
    Se levantó de la cama y se agachó para cogerlo de una bolsa que habíamos dejado en el armario. La visión de su culo en pompa hizo que casi me volviera a correr, pese a que hacía poco que me había corrido.
    
    —Mamá —le dije— ¿puedo tocarte el culo?
    
    —Todavía no, espera a que te hayas corrido.
    
    No podía llevarle la contraria y me dejé hacer.
    
    Mojó mi polla con el lubricante, sin mojar el glande, y empezó a subir y bajar muy despacio por él. Me recordaba a unos videos que había visto de una masajista que masturbaba así a sus clientes. Siempre me imaginé que yo era uno de ellos, y ahora me estaba pasando de verdad.
    
    Siguió subiendo y bajando un rato más, despacio, lento, yo estaba en el cielo.
    
    —Córrete cuando quieras mi niño. —Me dijo ella.
    
    Al oír estas palabras no pude aguantar más.
    
    —Mamá, acércate.
    
    Se acercó a mí y la besé en la boca. Luego puso su boca en mi oído y dijo: —En silencio, que no nos oigan los vecinos. —Justo en ese momento, di un espasmo y me corrí. Un primer chorro saltó a sus tetas y dos más, más cortos, a su tripa.
    
    Me quedé así, mirándola extasiado después de mi segundo orgasmo ese día. Mi madre me sonrió y cogiendo un clínex, se limpió toda. Por un momento pensé en que se restregaría mi semen por su cuerpo, como en las películas porno. Pero esto no era una película porno, era real y era mi ...
    ... madre.
    
    —Ahora mi niño, podrás tocarme el culo.
    
    Dijo esto y se puso con el culo en pompa en la cama.
    
    Yo me alcé y empecé a sobárselo. Ella me decía como le gustaba, que se lo tocara así o de otra manera.
    
    La visión de su culo así era lo más hermoso del mundo. Pese a su celulitis y defectos, el tenerlo tan cerca, húmedo y a mi alcance, era lo más.
    
    Luego me indicó como masturbarla. Se giró, se abrió de piernas y le abrí los labios como me indicó y le comí todo el chocho. Me concentré donde me dijo y finalmente llegué a su clítoris. Me hizo recorrerlo con mi lengua como a ella le gustaba, entonces pensé de nuevo en lo afortunado que era mi padre, y unos minutos después, se corrió con un grito que ahogó mordiendo la sabana. Los vecinos sabrían que éramos madre e hijo y no podían enterarse de los pecados que estábamos cometiendo.
    
    Mi madre me hizo sufrir y como me había dicho, hoy no haríamos el amor. Me prometió dejarlo para el día siguiente. Pero aún quedaba lo mejor.
    
    Abierta de piernas, mojada y yo de nuevo con una erección magnifica, se le ocurrió que pusiera mi pene justo encima de su entrada. O sea, mi polla subiría y bajaría sobre su sexo, pero sin entrar en él.
    
    Coloqué mi glande como me indicó y sobre su vello púbico, empecé a subir y bajar como si me la follara, pero sin hacerlo. Al final me permitió frotar su clítoris. Estaba al borde del orgasmo de nuevo y mi madre también. Me pidió que la avisara antes de correrme y así lo hice.
    
    Pocas gotas de semen ...
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