1. Desconcertando a mi prima Vicky


    Fecha: 18/02/2018, Categorías: Incesto Autor: zitro1, Fuente: CuentoRelatos

    ... palabras se reflejó en sus ojos, pero el arranque quedó solo en eso, en un arranque aparentemente controlado.
    
    —Siempre sospeché que eras vulgar pero nunca imaginé que lo fueras tanto —replicó fríamente.
    
    Su respuesta me sonó divertida y aunque me encogí de hombros tratando de restarle importancia ello no fue suficiente para calmar sus ánimos, porque decidió continuar royendo el hueso al que se había aferrado.
    
    —¿Seguro que te gustaría saberlo para alimentar tus fantasías masturbatorias? —continuo con su tono de voz habitual para las burlas.
    
    —Tendría que tener muy mal gusto para pajearme pensando en ti —respondí tratando de agrandar la herida en su ego.
    
    Por un instante me dio toda la impresión de que de su boca brotarían los peores y más soeces improperios, pero no lo hizo, demostrándome una vez más que era toda una señorita cuando se lo proponía. Apenas unos segundos después su lenguaje corporal me hizo saber que iba a responder a mis palabras en forma física y así lo hizo. A pesar de su agilidad, me permitió neutralizar el ataque con relativa facilidad y la sujeté contra mi cuerpo.
    
    —¡Mocoso grosero! —dijo escupiendo las palabras.
    
    —¡Malcriada respondí! —empezaba a disfrutar de la situación.
    
    —¡Te voy a arrancar las orejas! —me amenazó tratando de escapar del cerco en que se habían convertido mis brazos.
    
    Decidido a terminar con esa tontería antes de que pudiera causarle algún daño me disculpé y a pesar de lo maravilloso que me resultaba sentir sus ...
    ... tetas frotándose contra mi pecho no deseaba que las cosas pasaran a mayores así que procedí a soltarla. Le costó muy poco invertir la situación a su favor.
    
    —¿Y ahora qué me dices? —sonrió ubicada a horcajadas sobre mis muslos.
    
    —Me ganaste —acepté con tono de resignación, pues sabía que halagarla era la mejor forma de terminar.
    
    —Ya lo sé —mientras una sonrisa de triunfo se dibujada en su rostro.
    
    Era evidente que se sentía vencedora, pero no había tenido en cuenta la precariedad con la que me mantenía sujeto. Pues una leve torsión de cintura bastaría para liberarme de ella y aunque me estaba gustando y mucho tenerla encima de mi decidí terminar con el juego de la mejor manera posible.
    
    —Deja que me levante —le pedí.
    
    La firmeza de su mirada me reveló que no me iba a librar tan fácilmente, al menos no antes de escuchar uno de sus consabidos sermones terapéuticos.
    
    —No estoy para sermones —le advertí, y a continuación y sin más la tomé de la cintura para quitármela de encima. Me ofreció una resistencia que no me esperaba y me vi obligado a ejercer un poco más de fuerza de la necesaria para librarme de ella. Como consecuencia de ello vi como sus ojos se llenaban de lágrimas haciéndome arrepentir de haber aceptado su reto. Intenté una disculpa pero sus puños aporreándome el pecho me hicieron callar.
    
    —Eres un bruto, un animal y una bestia.
    
    No me pregunten por qué lo hice, porque ni yo mismo conozco la respuesta, pero en su enojo dejó traslucir una sensualidad tan ...
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