1. La viuda de mi tío


    Fecha: 19/02/2018, Categorías: Gays Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... campana, de nuevo.
    
    Tras un largo silencio, la Viuda, le preguntó:
    
    -¿Le tienes miedo a los muertos?
    
    -No, miedo le hay que tener a algunos vivos.
    
    -Me alegro que no les tengas miedo. Si quieres cobrar el dinero tienes que follarme en el cementerio.
    
    -¡¿De noche?!
    
    -Sí, esta noche.
    
    Sindo no podía creer lo que estaba oyendo.
    
    -Estás bromeando.
    
    -No, quiero que me folles dentro del mausoleo de mi difunto esposo.
    
    Sindo, se cabreó.
    
    -¡No me toques los cojones, Carla! Lo dices para no pagar. No conseguiste hacer que me corriera y ahora me vienes con esto... Si tú te morirías de miedo allí dentro.
    
    Vamos otra vez al grano.
    
    Sindo, nunca supo cómo, pero la Viuda, que ahora vestía de riguroso negro y no llevaba joyas, había conseguido una llave del portal del cementerio. Abrió, entraron y cerró.
    
    Era una calurosa noche del mes de julio y había luna llena, pero a Sindo lo recorrió un frío glacial al caminar entre dos filas de panteones. La Viuda caminaba con paso firme. Sintieron ulular a un mochuelo, Sindo, al que, según él, nada en este mundo lo acojonaba, se acojonó. Luego ulularon una veintena de aquellas aves infernales. Sindo ya no sabía donde meterse. La Viuda seguía caminando con paso firme. Llegaron al mausoleo. Le metió la llave a la cerradura, abrió, y entraron. Allí, a pesar de las velas aromáticas que ponían a diario, olía mal. Olía a muerto. La viuda, mirando para el nombre que había en la lápida de mármol blanco, desnudándose, dijo:
    
    -Te ...
    ... dije que algún día follaría dentro de tu tumba, desgraciado.
    
    Al estar desnuda, se agachó, le sacó a Sindó la polla, arrugadita, y se la mamó hasta que se la puso dura. Después, le dijo:
    
    -Enséñale al desgraciado cómo se come un coño.
    
    Sindo se agachó para comerle el coño. La rencorosa le seguía dando caña al muerto.
    
    -¡Manifiéstate si tienes cojones!
    
    Una rata grande cómo un conejo se metió en el panteón. A la Viuda se le pusieron de punta los pelos del coño. Meó por ella con el susto, y por ende, meó por Sindo y por la rata, que salió a toda prisa del mausoleo. Al verlo meado, se puso cómo una hiena en celo. Le dijo:
    
    -¡Fóllame, cabrón, fóllame!
    
    Ya no le comió el coño, la empotró contra el mármol de la lápida del difunto y se la clavó por detrás, con fuertes arreones y hasta el fondo...
    
    La Viuda tenía la cara pegada al mármol cuando se corrió. Le vino con tanta fuerza que lanzó un grito que más que de placer parecía que la estaban matando. Quien se debió estremecer aún más fue alguien que debía andar agachando o robando algo en el cementerio, ya que cuando La Viuda lanzara el grito, Sindo, sintió los pasos de alguien que huía cómo alma que persigue el diablo.
    
    Las aves de mal agüero se quedaran mudas.
    
    Y voy al grano por última vez.
    
    Al llegar al pazo la cena estaba puesta. Sindo, le preguntó:
    
    -¿Quién puso eso?
    
    -Siéntate y come.
    
    -Comieron el faisán con patatas y bebieron vino tinto.
    
    Al venir con los flanes, que era el postre, supo quién ...
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