Mi primer salida a la calle como Paulina
Fecha: 19/02/2018,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... Paulina, no me regalas un beso?
Yo negué con la cabeza y él me volvió a acariciar la mejilla y la oreja, acercó su cara a mi oreja y casi besándomela me dijo:
A- Andale, sólo uno, no seas mala.
Mis lagrimas ya resbalaban por mis mejillas, él se dio cuenta y me dijo:
A-No llores Paulina, si no te estoy haciendo nada, sólo te estoy pidiendo un beso y nada más.
Yo le dije:
P- Y me dejas ir?
A- Si.
P- Sólo un beso y me dejas ir?
A- Te lo juro que sí
Muerta de miedo por la situación, pero excitadisima por el hecho de que nunca había besado a un hombre en la calle, alcé un poco mi cara, él la tomó entre sus manos y me hizo alzarla un poco más, pues él era mucho más algo que yo, me miró a los ojos y se fue acercando a mí, de una manera tierna pegó sus labios a los míos y me besó lentamente sólo los labios, un beso corto y dulce, una descarga recorrió mi espalda e hizo mis piernas de gelatina, la verdad no lo esperaba así, me miró a los ojos y me dijo:
A- Oye, me das otro?
Yo sólo afirmé con la cabeza y nuevamente pegó sus labios a los míos, no sé por qué ni como, pero mis manos ya se estaban abrazando a su cuello mientras me besaba los labios cada vez más intensamente, la humedad entre mis piernas era ya exagerada, un calor me quemaba en el vientre, en mi pecho y en mis mejillas, no me percaté en qué momento él me había abrazado por la cintura y me había repegado a él, sujetándome por mis grandes nalgas, entonces fue cuando sentí su lengua ...
... tratando de entrar en mi boca y yo sólo separé mis labios entregándome a sus besos, estaba en las nubes!!! Me besó hasta dejarme sin respiración, tuve que “pelear” por separarme de él y poder tomar un poco de aire, cuando recobré el aliento sólo pude decir con un suspiro:
P- Bueno, ya tuviste lo que pedías, ahora déjame ir.
El no dijo nada, sólo me miró a los ojos y pretendió darme otro beso, yo voltee la cabeza y me besó en la mejilla… y luego en mi cuello, ¡cielos! Me estaba poniendo muy cachonda...
Sus manos comenzaron a recorrer de nuevo mi cintura y mi espalda y poco a poco comenzó a acariciar mis redondas nalgas, sujetándolas por encima de mi minifalda, yo tímidamente lo separé y él, contra lo que yo hubiera pensado, se separaba conforme yo le empujaba tímidamente por el pecho, tomó mis manos, las besó, cosa que me sorprendió y luego las puso de nuevo en su pecho y las fue bajando poco a poco, yo no reaccioné hasta que hizo que mis manos tocaran el bulto entre sus pantalones y en cuanto fui consciente de ello, las retiré como si las estuviera metiendo en fuego, el se rio y me dijo:
A- Jajaja! no te espantes, no te va a morder!, sólo quería que vieras cómo me pusiste, tú estás igual?
Apenas termino de pronunciar está frase, metió la mano entre mis piernas, afortunadamente lo hizo sobre mi falda y no pudo sentir mucho. Yo asustada le dije:
P- Pero qué haces? Ya déjame ir por favor!!!
El insistió y yo le pude tomar su mano antes de que me tocara de nuevo, con ...