1. Yo y mi circunstancia


    Fecha: 15/06/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Evamar, Fuente: CuentoRelatos

    ... la filosofía de esa disciplina. Pero esa vez él se dio cuenta que lo miraba, no pudo evitarlo ni yo evitar verlo.
    
    Para la siguiente sesión me puse una falda corta, de color rojo y una playera blanca ceñida; me puse tacones y debo confesarlo, lo hice al propósito, además de que hacía mucho calor y pues como decía, soy coqueta, lo hice para saber cómo reaccionaba. Así que, durante la sesión de entrenamiento, busqué sentarme en lugar estratégico donde me pudiera ver. Así que cuando me miraba cruzaba las piernas, lo miraba o me volteaba a platicar con alguna mamá, pero con las piernas cruzadas. Finalmente terminó la sesión con los niños y nos retiramos tanto los niños como los padres. Volteé a verlo y sentí cómo me siguió con la mirada hasta salir del lugar.
    
    A la siguiente semana nos citó en forma individual a los padres para entregarnos un reporte/evaluación del desempeño de los niños así como el resultado de una selección para participar en una exhibición y competencia en una provincia del país. Cuando supe el día que me tocaba asistir con él, me puse unos shorts blancos, con unas sandalias. Fui con mi hijo, pero hubo un momento en que el niño salió con unos amiguitos y el profesor aprovecho y me dijo que era una señora muy guapa y atractiva, que si aceptaba una invitación a cenar. Lo hizo porque ya sabía que mi esposo salía de viaje en la semana, supongo que lo registró en una de esas ocasiones en que había un evento entre semana y no iba mi marido. No acepté la ...
    ... invitación, le dije que era una mujer casada y que no tenía ningún sentido, pues ya me sabía esa historia de invitaciones y que no me faltaban.
    
    Pasaron los días, yo seguía llevando a mi hijo a sus sesiones dos veces por semana y haciéndole el juego de que lo miraba y él me miraba…pero nada más. En una ocasión apareció en la mañana en mi casa, pues mi hijo había olvidado algunas de sus cosas un día anterior. Me sorprendió, yo estaba sola, la señora que me ayuda estaba arriba. Lo invité a pasar, yo vestía unos leggins blancos, ajustados, y una camisa negra sin sostén, pero estaba descalza, y no dejaba de mirarme de arriba a abajo: le invité un refresco y cuando fui a la cocina por un vaso sentí sin verlo su mirada en mi trasero. En la cocina había dejado mis zapatillas la noche anterior. Deliberadamente me las puse, para que mi silueta se estilizara mejor y pudiera verme en esos leggins ajustados pero con tacones. Cuando regresé, se impactó al verme, lo sentí nervioso y volvió a llenarme de cumplidos, que ni los recuerdo, pues siempre son los mismos y ya no me sorprenden venidos de un hombre que busca algo más. Insistió en invitarme a cenar y pretendió acercarse a mí, lo paré en seco, tomé las cosas de mi hijo y las llevé caminando a otro lugar de la casa, pero con la intención de que viera mi trasero con leggins y en tacones. Lo estaba provocando y me divertía. Le di las gracias y lo miré fijamente a los ojos y le dije enfáticamente: “si pretendes seducirme y llevarme a la cama ...
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