1. En el pueblo con mi cuñado


    Fecha: 20/02/2018, Categorías: Transexuales Autor: cientodiezy7, Fuente: CuentoRelatos

    ... una perra en celo.
    
    Mi novio y mi cuñado son bastante parecidos físicamente, aunque mi chico tiene una barriguita cervecera que mi cuñado no, y algo menos de pelo. Eso hace parecer a mi cuñado un par de años más joven. De ojos verdosos, mentón pronunciado, piel clara y cuerpos velludos ambos son bastante bien parecidos (pero mi novio más, jajaja).
    
    Cuando llegó Mauricio –en casa le llaman Mauri- me levanté a saludarle llevando tan solo unos bóxer holgados. Creí ver cómo me repasaba con la mirada, pero no le di más cuenta pensando que serían imaginaciones mías... Le extendí la mano y nos miramos durante un segundo fijamente a los ojos, me ofreció una sonrisa amplia y sincera que yo respondí disculpándome:
    
    -Siento estar de esta guisa, pero es que estaba durmiendo...
    
    -Tranquilo, estás en tu casa. Jesús ya me ha dicho que ayer volvisteis tarde, ¡que os pasasteis la noche de parranda!
    
    -Jajaja, ¡ya veo que tu hermano no se calla una!
    
    -Jajaja, no creas, que algún secretillo seguro que debe esconderme. Me dijo entornando ligeramente los ojos mientras se le iluminaba ligeramente la mirada volviéndome a repasar el cuerpo.
    
    Estando a solas, Jesús me explicó que Mauricio había discutido con su mujer y por eso había decidido ir al pueblo a pasar unos dias "hasta que se les pase el enfado".
    
    La compañía de Mauri no se convirtió en un inconveniente como había yo pensado. Todo lo contrario. Los dos hermanos se llevaban de maravilla y la convivencia con ellos era de lo más ...
    ... amena. El único inconveniente, claro, era que los encuentros sexuales con mi chico se habían reducido a cero pues su hermano, supuestamente, no tenía ni idea que fuésemos pareja.
    
    Al tercer o cuarto día de su llegada decidimos ir a bañarnos al río. Jesús se embadurnó todo el cuerpo de crema protectora y se zambulló el primero en el agua. Decía que no tenía ganas de pasar calor. Mauri y yo también nos metimos en el agua y comenzamos a jugar tirándonos de la goma de los bañadores hasta que sin querer le rompí la suya.
    
    -¡No sabes cuánto lo siento!
    
    -Pero si no pasa nada, hombre, ¡ya está muy viejo!
    
    -¿Hablas de ti o del bañador? Preguntó Jesús divertido.
    
    Jesús se salió a la orilla a recostarse un rato. Mauri y yo continuamos jugando, cada vez aproximando más los cuerpos mientras yo le intentaba quitar el bañador y él se resistía.
    
    -No es justo. Dijo.
    
    -¿El qué?
    
    -No estamos en igualdad de condiciones. ¡Tu bañador se sujeta bien sin necesidad de que tú lo hagas! ¡Yo solo tengo una mano para defenderme!
    
    -Ah, se siente...
    
    Entonces deslizó la prenda entre sus piernas hasta quedar completamente desnudo. Lo que vi me dejó estupefacto: era la polla más grande que jamás hubiera visto. Le colgaba un tronco fláccido que era más grande que el mío en erección. La tenía descapullada y le colgaban dos huevos bien proporcionados al miembro.
    
    -¿Qué pasa? ¿No habías visto ninguna polla antes?
    
    -Sí, sí – titubeé- pero no de ese tamaño.
    
    Mi cuñado me miró a los ojos, ...