En el pueblo con mi cuñado
Fecha: 20/02/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: cientodiezy7, Fuente: CuentoRelatos
... miró hacia donde estaba Jesús (que se había quedado dormido y no se enteraba de nada, el pobre) y volvió a mirarme a los ojos, ruborizado.
-Volvamos a las toallas. Dijo.
Sentados en las toallas, yo no podía dejar de mirar el impresionante pollón de mi cuñado. Le miraba de reojo, intentando disimular sin mucho éxito, igual que la incipiente erección que comenzaba a tener bajo la tela. Mauricio fingía no darse cuenta mientras demostraba demasiado interés en arreglar su bañador. Hasta que se despertó Jesús ninguno se atrevió a hablar. Cruzamos un par de miradas furtivas y nada más.
Durante la cena, Mauricio nos anunció que marcharía al día siguiente. Esa misma tarde había telefoneado a su mujer y los dos estaban más calmados para discutir las cosas. Jesús y yo le felicitamos por su decisión, aunque yo lamentaba por dentro que tuviera que irse tan pronto. Acabamos de cenar y rápidamente nos fuimos cada uno a su habitación.
Yo no podía conciliar el sueño. La visión de mi cuñado desnudo me tenía tan caliente que estaba pensando en asaltar a mi novio en su habitación... Así caí en un duerme-velo, del que desperté al abrirse lentamente la puerta de mi habitación. Imaginé que era mi novio, que me había leído el pensamiento y venía a apagar mi calentura, por eso apenas me moví cuando se metió en mi cama. Me giré para abrazar a mi novio, pero me encontré con su hermano, completamente desnudo y empalmado.
-Como te había gustado tanto antes, había pensado que igual te ...
... apetecía verla de más cerca... Susurró.
-Mauri, esto no está bien y yo...
Calló mis argumentaciones con su boca, rozando su lengua con la mía. Sorbía mi boca mientras me sacaba los bóxer, aguantando mi cabeza con la otra mano. Apretó su cuerpo contra el mío sin dejar de besarme con furia. Agarré su mástil y comencé a masturbarle. Me detuvo un momento, el tiempo necesario para pasar el pestillo de la puerta y volver a la cama. Ya más acostumbrado a la oscuridad admiré su tranca que apuntaba al techo. A sus treinta y nueve lucía muy buen tipo. Y esa verga tan larga y gruesa, con un capullo tan grande como un huevo, y chorreando líquido preseminal me estaba volviendo loco. Cuando llegó a la cama, me abalancé sobre ella y me la metí con dificultad en la boca. Me sujetó la cabeza con ambas manos e intentó meter más verga en mi garganta, comenzó un ritmo cadencioso como si quisiera follarme por la boca. Estuvimos así por diez minutos aproximadamente hasta que noté como la polla se le endurecía y le engordaba todavía un poco más.
-No me quiero correr todavía. Dijo mientras me sacaba su rabo.
Le miré suplicante y volvió a besarme. Con sus manos cacheaba mis nalgas buscando mi ano. Metió un dedo en mi boca y lo chupé como si de su polla se tratase, lo sacó y me lo metió por el culo suavemente, metiéndolo y sacándolo, moviéndolo en círculos, dilatándome para acoger su miembro.
-Ponte en cuatro.
-Pero me va a doler...
-No te hagas el tonto, seguro que mi hermano ya te ...