Mi hijo me ayuda a curar las heridas
Fecha: 21/02/2018,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... tengo que cambiarme
En ese momento llevaba puesto un pantalón bastante suelto y una remera amplia, ropa suelta que no me molestará con la heridas y raspones y ropa interior que en la parte de abajo era un pantalón corto ya que por herida en la cola no podía rasparme entre las nalgas y un sujetador de los del tipo deportivo casi como un traje de baño.
—Bueno ¿qué querés ponerte?
—Sólo una remera larga con la que duermo.
—bueno la busco y te la pongo.
En ese momento fue a los cajones donde tengo la ropa y saco la remera del cajón, después vino y me preguntó:
—¿Te puedes levantar para que te saque el pantalón y la remera?
En ese momento me senté en un lado de la cama y él empezó a sacarme la remera, después me levanté, y me bajó el pantalón y me lo sacó. Miró mi ropa interior y se sorprendió del pantalón corto, sonrío y me dijo:
—¿estas por hacer gimnasia?
Él no sabía de la herida que tenía entre las nalgas.
—no, tonto, jajaja, es que también estoy lastimada por ahí abajo.
—sí, ¿qué tienes?
—me corté en la caída y me dieron cuatro puntos.
En ese momento Fernando se puso un poco colorado, pero siguió poniendo la remera que uso para dormir, después me preguntó:
—¿esos puntos son los que me dijeron las enfermeras de pasar una crema cicatrizante?
—puede ser, pero no hace falta, te va a dar asco de tocar por ahí a abajo.
—Pero má, ya te dije que no me das asco y puedo hacer cualquier cosa por cuidarte.
—Bueno después lo vemos vos no ...
... te hagas problema.
En ese momento me recosté en la cama, y con cara de dolorida le dije:
—Primero tengo que solucionar otra cosa.
—¿Qué cosa?
—No nada, me da vergüenza contarte.
—no tengas vergüenza, te tengo que cuidar.
—bueno, pero no te rías.
—No me voy a reír.
—bueno, en los seis días que estuve en el hospital no pude hacer caca, perdón, pero ya me duele la panza y no sé cómo solucionarlo.
—bueno te acompaño al baño y te sientas a ver qué pasa.
—bueno si puedes llevarme, gracias.
En ese momento me levanté y senté en la silla de rueda y Fer me empujó hasta el baño. Entramos y me levanté de la silla y lo miré como indicándole en silencio que tenía que bajarme el pantaloncito que hacía de ropa interior para sentarme en el retrete. Fer trataba de mirar para otro lado, pero era inevitable que me viera parte de la cola así que me senté y el con todas las mejillas coloradas se fue a esperar afuera. Estuve sentada casi 10 minutos haciendo fuerza, pero era una tortura, no salía nada, sólo puede orinar. Después me preguntó:
—¿pudiste hacer algo?
—No hijo, no puedo.
—¿puedo pasar?
—Si pasa, pero me vas a tener que secar porque hice pis, perdón si te da asco deja.
—No má ya te dije que no me da asco.
En eso entró al baño y tomó un pedazo grande de papel y sin mirar lo pasó por mi entrepierna, lo pasó para arriba y para abajo varias veces y me preguntó. Mi corazón parecía que quería salir por la boca, pero me contuve.
—¿está bien ...