1. ¿Cena de negocios?


    Fecha: 05/03/2018, Categorías: Gays Autor: Maria4manos, Fuente: CuentoRelatos

    ... el paquete o para concentrarse más en las posibilidades sin caer en los límites que le había expuesto. Trago saliva. Llegó el camarero.
    
    Pedí la cena pensando en sus posibilidades erótico festivas. Y como había pequeños entrantes y sushi, solicité un variado para empezar. Mira qué completo el restaurante, pensé. El vino estaba empezando a hacer efecto, y la sensación de poder sexual se unía a la euforia del alcohol.
    
    Los canapés, tal y como yo había supuesto, eran de tamaño inversamente proporcional a su precio, así que disfruté cada uno de ellos por su valor exacto y procurando siempre buscar su mirada y su boca. Sus labios eran aún más expresivos que su mirada. Se entreabrían cada vez que un rollito de sushi entraba en mi boca, se estiraban a cada sorbo de vino, se contraían en un fruncido minúsculo cuando un pensamiento turbador pasaba por su mente, y se los mordía cuando me escuchaba hablar. Había feeling entre ambos. Me sentía muy cómoda y relajada, con su atención de cazador fijada en mí. Y yo seguí tejiendo a lo largo de la cena un red de hormonas femeninas que lo atrapaban sin remedio.
    
    Para cuando llegamos a los postres la temperatura era insostenible. Me dejó escoger a mí, y siguiendo el mismo criterio pedí mousse de chocolate con frambuesas. Un par de flamantes copas de cristal tallado aparecieron frente a nosotros. Me miró sorprendido entre las ondulaciones de nata que cubrían la mousse y las frambuesas: "¿Y aún te cabe eso después de la cena!? Donde ...
    ... piensas meterlo?".
    
    Una sonora carcajada estalló de mi interior. Me lo había puesto a huevo. Le miré lascivamente y sisee: "Nunca subestimes el poder de una depredadora, tengo sitio para esto y para lo que haga falta".
    
    Esta vez recordó subir la mandíbula, se sonrojó hasta la punta de las orejas y si no hubiera mediado una mesa y dos copas se hubiera abalanzado sobre mí. Pero me sentía segura y procedí a tomar el barquillo y remover un poco la nata. Él no desaprovechó la circunstancia y tomó una frambuesa con la cucharilla y la bordeó con la punta de la lengua...
    
    ...
    
    (El)
    
    Mi excitación podía rebosar por todos los poros de mi cuerpo aunque solo, creía yo, era visible en una parte. Mi pene estaba completamente duro, pero mi mente era más poderosa esta vez y deseaba seguir con los juegos.
    
    La palabra "depredadora" retumbó en mi mente de una forma tan lasciva que me costó terriblemente no levantarme y comerme su boca entera. Inicie el movimiento pero me contuve.
    
    Ella cogió el barquillo y removía suavemente la nata mientras su mirada me penetraba.
    
    Era mi turno y cogí una frambuesa, a la que sutilmente bordee con la punta de la lengua.
    
    En ese momento, entro el camarero, deteniendo el momento temporalmente. Dirigiéndose a nosotros, nos informo que durante los próximos 10 minutos no podrían atendernos debido a una incidencia en el personal. Disculpándose por el suceso nos preguntó si podríamos esperar a los cafés a lo cual, al unísono y mirándonos el uno al otro ...
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