1. El secreto de Rita Culazzo


    Fecha: 09/03/2018, Categorías: Grandes Relatos, Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... reparto de nalgas.
    
    –Esta culona hija de puta se llevó todo lo que había para las tres –dijo una de mis tías, provocando la carcajada general.
    
    Y tenía razón. Mi madre era la única de las tres que le hacía honor al apellido, ¡y de qué manera! Y no sólo era el culo: las cuatro tetas juntas de mis tías no llegaban al tamaño de una de las de mi vieja. Como si todo esto fuera poco, a diferencia de mis tías, mi madre era hermosa. Realmente parecía de otra familia.
    
    Luego de instalarnos en la habitación que los abuelos nos habían asignado, mi madre se dio un baño y se puso un jean de color verde agua que yo no le conocía. Calculé que era nuevo. Era aún más ajustado y llamativo que el jean con el que había llegado. Cuando la vi quedé pasmado pues, como dije antes, ella no era de hacer ostentación de sus curvas, pero este pantalón le hacía un culo de exhibición. “Comeme” parecía leerse en el bambolear de sus enormes nalgas. ¡Qué delicia!
    
    No pasó mucho tiempo para que descubriera a mis cinco primos, y aun a mis tíos, mirándole el orto, al principio con cierto disimulo, cada vez que mamá se paseaba por la sala. Quien más quien menos, todos se lo fichábamos. También descubrí que a medida que aumentaba la ingesta de alcohol, el mencionado disimulo iba disminuyendo, y esas furtivas miradas iniciales se transformaban en ojeadas verdaderamente descaradas. Este hecho me tenía tan caliente que tuve que ir al baño a hacerme una paja.
    
    Mientras me jalaba la verga con ganas iba ...
    ... vislumbrando la hora de ir a dormir. Era la primera vez que iba a pasar la noche con ella en la misma habitación. Era la oportunidad en mi vida. Varias preguntas rondaban mi cabeza: ¿Se animará a desvestirse delante de mí con lo recatada que es? ¿Qué tipo de ropa interior estará usando? ¿Lograré ver por fin ver su culo desnudo? ¿Me animaré a tocárselo cuando esté dormida? pensaba justo en el momento en el que mi pija explotó como en una erupción volcánica de leche.
    
    La noche se transformó en madrugada en un verdadero clima de fiesta. Comimos en abundancia, bebimos más de la cuenta, reímos, bailamos, le cantamos el feliz cumpleaños a mi abuelo no menos de diez veces, jugamos varios juegos y hasta hubo un improvisado karaoke. Aunque, en realidad, en todo momento hubo una secreta atracción principal que fue el orto de mi vieja, al menos para los hombres presentes.
    
    El tiempo pasó volando. Quedábamos pocos en pie cuando me di cuenta de que ya había amanecido. Mi madre, completamente borracha, por fin decidió ir a dormir. Al verla arrancar tambaleando hacia la habitación, algunos de mis primos y mis tíos se ofrecieron a acompañarla con lujuriosa velocidad, pero les gané de mano anunciando mi voluntad de ir a descansar también.
    
    –Yo la acompaño, no se preocupen –les dije notando sus miradas fulminantes, mezcla de envidia y deseo.
    
    –Gracias amor –me dijo ella arrastrando un poco las sílabas.
    
    Poco después llegamos a la amplia habitación, la cual tenía dos camas: una matrimonial ...
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