Del primer beso, a una inolvidable cogida
Fecha: 10/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... mi madre anda en preparativos por la boda de mi hermana. Carmen, como siempre directa fue al punto que yo quería revivir: aquellos besos a través del cerco.
—¿Te recuerdas del primer beso que nos dimos?
—¡Si! Sí, me recuerdo.
—¿Te gustó?
—Estaba rico… era mi primer beso…
—También fue el mío, sabes… Como hubiese querido abrazarte, pero estaba el cerco. -agregaba. ¿Tenes novia?
—No, pero tengo una amiga, que al igual que vos, nos comemos a besos. -Ella se ríe.
—¿Solo besitos?
—Si, solo besitos.
—Pero ya lo has hecho… digo, has hecho el amor.
—Si. -le he contestado. - ¿Y vos, ya lo has hecho?
—Sí, pero no pasó como yo quería… sabes, siempre soñé que tu serias el primero y el único de mi vida. Pero puedes ser el segundo… -decía con una sonrisita picara.
Sentí que al decir aquello fue como decir: Quiero que me cojas. Y de esta manera mi miembro a pesar del frio del agua de la piscina se ha levantado. Siento que sus ojos oscuros y de mirada profunda me absorben. Carmen es una muchacha muy directa, y de la misma manera que me pidió un día que le regalara un beso, me dice lo siguiente.
—Sabes, no sabes las ganas que he tenido de ir a tu cuarto por las noches y dormir junto a ti. Te mentiría si te dijese que solo quiero que me regales un beso, realmente deseo que me hagas tuya, así como cuando era más chica que pensaba que contigo aprendería hacer el amor.
Obviamente aquello simplemente me eleva más el ánimo en mi miembro, y veo que Maria del ...
... Carmen se me acerca, busca mis labios y me besa profundamente, mientras sus manos han encontrado mi pene erecto abajo del agua. Ella me ha pedido un trago más, pero se ha acercado a mi oído y me dice sensualmente: ¡Quiero que me hagas tu mujer ahora mismo!
Le he servido su cuarto trago y he visto como el etílico le da esa sensación de valor, al punto que me ha preguntado si tengo condones. Le digo que mientras se ducha con agua caliente, que me espere en mi cuarto y que yo iría a comprarlos. Y de esta manera, medio me seco, me visto y he tomado mi motocicleta en busca de la tienda más cercana para comprar condones.
Regreso, pero Maria del Carmen no está en mi habitación, pero de repente oigo unos pasos por sobre el piso de madera del pasillo y toca la puerta. Pasa y me mira sonriente, creo que todavía siente los efectos del último trago. Llega vestida con un pantalón deportivo, que creo, ella usa como piyama por el frio. Busca mis brazos y nos damos a besos mientras yo por primera vez le toco esas nalgas, las cuales están frías, pero no me importa, sé que eventualmente se van a calentar. Ella va por encima de mí y comienza a besarme por todo el cuello. Con maniobras hábiles y ligeras nos hemos deshecho de nuestras camisas, ella queda solo en sostén y nos cobijamos, pues después de estar en la alberca en una tarde de invierno, el frio comienza a calar. Ella me besa los pectorales, va por el ombligo, amenaza bajar más allá, pero hace pausas y simplemente hace que yo coma ...