Ezequiel versus Sebastián (Final de la historia)
Fecha: 12/03/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... penetración de mi vida, algo que había sido motivo de eternas masturbaciones en soledad, de repente todo se hacía realidad…
Dolió un poco, lo asumo, una verga en mi concha, otra en mi culo, pero estaba tan caliente que en ese momento hubiera hecho cualquier cosa…
Me dieron duro, el moreno era quien llevaba el ritmo ya que era el único que estaba en posición cómoda, yo solo gemía con los ojos entrecerrados y llenaba de placer los oídos de esos dos machos…
Cuando se saciaron de darme por ambos lados me hicieron salir, me obligaron a doblegarme y mis rodillas se fueron al piso, sobre un húmedo líquido que no quise saber que era…. agua? orina?...
Se puso uno a cada lado de mi rostro, un pene blanco, un pene negro, como desesperada intenté chuparlos pero ese no era el plan de los hombres, no querían que se los chupara, no… solo querían someterme, solo buscaban un agujero para meter su carne, empezó uno, luego el otro, me la metieron bien adentro, y más, y más, parecía pasar mi esófago, no podía respirar, tuve arcadas…
Recibí una cachetada como castigo mientras trataba de tomar aire, el negro vino por mi he hizo lo mismo, me cogía por la boca, solo me cogía, mi nariz pegaba una y otra vez contra su pubis y mi lengua llegaba a sus bolas…
Un rato y era el turno se Sebastián, el mismo juego, parecía que era su forma de gozar… y volver al negro, y a Sebastián… pensé que me matarían con esas vergas tan profundas en mi boca…
Esta vez el negro fue el primero, ...
... apretó bien profundo, tan profundo como pudo, toda su pija en mi boca, sentí esas contracciones típicas del final del juego, una catarata de leche caliente bajo de repente por mi esófago y fue derecho a mi estómago.
Luego Sebastián haría lo mismo, tan profundo que ni pude percibir el exquisito sabor… solo supe que esta vez la mezcla de semen se haría en mi estómago…
Habíamos terminado, me ayudaron a levantarme, era un despojo de mujer, a mi transpiración de la tarde se habían sumado mis rodillas magulladas, con raspones, el sabor a verga caliente en mi boca, mi culo adolorido, mi concha hedionda…
Fue entonces cuando Sebastián me dio la oportunidad de hablar, lo que había querido decirle desde un principio, solo dije
Nada… era una pavada…
Comprendí que esa relación loca con Santiago no era lo que quería para mi vida, que no me llevaría a ningún lado y era como la adrenalina de viajar en motocicleta a doscientos kilómetros por hora, todos los días, cada hora, cada minuto…
Esa locura que sabes que solo debes detenerte y parar, porque si no lo haces tarde o temprano chocaras contra una pared. Fui cobarde, solo desaparecí de su vida porque volver a enfrentarlo era volver a caer, y él era más fuerte que mi propia voluntad.
Pero también comprendí que Ezequiel no era lo que quería, ese amor de cuento de hadas, de princesas, de vida perfecta, el hombre ideal, no, yo quería sentirme viva…
Fue muy duro el adiós para él, no estaba preparado, no lo vio venir, no pudo ...