1. Choque Térmico (Caliente).


    Fecha: 14/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    —¡Ya voy, ya voy!... —Grité ante la insistencia de los golpes a la puerta.
    
    Entreabrí un poco la puerta y me mantuve al resguardo de la misma. El que llamaba con tanta insistencia era mi hermano, amagó con entrar, pero yo lo contuve:
    
    —Estaba por meterme a bañar, no estoy vestida... ¿Qué pasa, tocas la puerta como si fueras cobrador!
    
    —Mujer, ¿dónde te metes? He estado tratando de localizarte como loco.
    
    —Estaba cansada y apagué el celular. ¿Por qué tanto apuro, hombre?, ¿sucedió algo malo?
    
    —Pues sí y no...
    
    —Explícate.
    
    —Hay una noticia buena y una mala, ¿cuál quieres escuchar primero?
    
    —La que tú quieras, me da igual.
    
    —Bueno, pues resulta que anoche, el Señor Pozos decidió que finalmente se va a retirar.
    
    —¿En serio?, no me dijo nada...
    
    —¿Pero cómo te lo iba a decir si tú ya te habías ido de la fiesta!
    
    —¡Oh, es cierto!, ¡qué tonta! —fingí demencia al respecto.
    
    —Sí, fue algo tremendo y muy emotivo, nos dio un discurso y toda la cosa, despidiéndose de uno por uno, muy paternal el hombre, ya sabes...
    
    —Sí, me imagino...
    
    —Parece ser que su conflicto contigo lo hizo recapacitar... Nos confesó que realmente solamente seguía apareciéndose por la oficina para sentir que tenía algo que hacer. Que se daba cuenta que en realidad le sería más útil a la empresa estando fuera de ella, que había que darle oportunidad a la sangre joven... ¿Quién se iba a imaginar que mi hermanita lograría en unos cuantos días lo que muchos no conseguimos por ...
    ... años!
    
    —Y, ¿cuál es la buena noticia?
    
    —¿Bromeas?, ¡esa era la buena noticia!
    
    —Ah...
    
    —Ahora va la mala: resulta que a petición directa de él y por la razón expuesta anteriormente: ya no vas a ser transferida...
    
    —¿En serio? —no cabía de gusto cuando escuché la noticia.
    
    —Claro, hermanita; por eso me interesaba tanto localizarte, para que frenaras las diligencias de la mudanza y todas esas cosas.
    
    —Ay, gracias; creo que no podía haber recibido una mejor noticia que esa.
    
    —Pero hay algo más que quiero decirte... —lo miré interrogante— Aparentemente el Señor Pozos no llegó a su casa anoche y no aparece por ningún lado. Estamos muy preocupados por él.
    
    —¡No!... —eso de fingir demencia se me estaba haciendo costumbre.
    
    —Me temo que algo le haya pasado, pues anoche cuando se fue iba algo pasadito de copas.
    
    —¿No sería posible que se hubiera ido por ahí a seguirla?, ¿que esté por ahí acompañado de alguna de sus amiguitas haciendo quién sabe qué cosas?
    
    —¡Ja, ja, ja..! ¡Qué ocurrente eres, hermanita! ¿A sus años y así como andaba de briago? ¡Ja, ja, ja! ¡Tienes mucha imaginación!
    
    —Tienes razón... suena muy loco. Aunque, quién sabe, como dices que andaba festejando su retiro...
    
    —Estamos temiendo que se haya extraviado o que le haya pasado algo malo... —Luego, mi hermano me miró de forma suspicaz e hizo como que buscaba algo a mis espaldas—. A menos que estés sugiriendo eso de la “amiguita” porque a lo mejor eres tú la que lo tiene escondido en su habitación, y que ...
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