1. Choque Térmico (Caliente).


    Fecha: 14/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... más y noté como se tensaba, mis movimientos se hicieron más lentos y marcados y comencé a sentir sus convulsiones. El espectáculo era excitante, ver la tela que se humedecía al contacto de los chorros que expulsaba, retenido en su mayoría, pero con una parte que alcanzaba a filtrarse por la delgada tela, el color del pantalón hacía bastante notorio el cambio de color al humedecerse. Seguí acariciándolo con pasmada lentitud hasta que acabó de derramarse por completo.
    
    —Esto se me va a volver una fijación —dije buscando su mirada.
    
    En seguida procedí a repetir el ritual que ya había puesto en práctica a media calle. Restregando mi rostro en su humedad excitante, con la diferencia de que ahora intenté hacerlo más de prisa, para poder disfrutarlo todavía caliente. Sentía sus dedos juguetear con mis cabellos mientras yo me esmeraba en robarle a la tela sus últimos restos de esencia masculina. Por supuesto que le estaba dedicando al acto mayor tiempo del requerido. Noté que sus piernas flaqueaban. Busqué su rostro con la mirada y noté que le costaba trabajo conservar el sentido.
    
    Consideré que ya había estado bueno de jugueteos. Me incorporé para brindarle algo de apoyo y acompañarlo hasta el sofá, le ayudé a quitarse el saco y luego los zapatos. Lo conminé a recostarse, me tendí encima de él y lo seguí besando mientras dormitaba, lo seguí haciendo hasta que ya no tuvo más fuerzas para corresponder a mis caricias. Entonces ya no supe si simplemente se había quedado dormido ...
    ... o si se había desmayado. Hubiera querido quitarle también el pantalón porque se lo había dejado demasiado empapado de saliva, pero algo en mi interior me dijo que no era correcto hacerlo, que sería como despojarlo de su dignidad, así que lo dejé en su lugar. Traje una manta y lo cubrí.
    
    A la mañana siguiente me levanté sintiéndome renovada, como si me hubiera quitado un enorme peso de encima.
    
    Me pregunté si sería capaz de repetir mi aventura nocturna, o incluso de llevarla más lejos. Contemplándolo dormir tomé conciencia de que ni siquiera me había quitado el vestido que había usado el día anterior, además, mi cuerpo me estaba pidiendo a gritos un buen baño. Fui a mi habitación por un par de cosas que necesitaba para bañarme y a quitarme finalmente el vestido, que ya estaba bastante maltratado. Pero se me había ocurrido algo mejor, traje mis cosas a la sala y las dejé sobre un sillón. Luego, como si el Señor Pozos fuese mi público, comencé a hacerle un strip-tease. No puse música, ni me puse a cantar nada, no quería perturbar su descanso aunque sí estaba deseando que se despertara sorprendiéndome a media función y con ello regalarle un agradable despertar. La función avanzó y el Señor Pozos no dio señales de volver en sí. Las pantaletas eran la última de las prendas que llevaba encima y justo cuando comenzaba a deslizarlas por mis piernas fue que mi hermano me interrumpió llamando a la puerta.
    
    Tan metida estaba en mis pensamientos, con los ojos cerrados, sintiendo el ...
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