1. Choque Térmico (Caliente).


    Fecha: 14/03/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estaba disfrutando de lo lindo mientras el Señor Pozos jugaba con mis pezones que no recordaba haberlos sentido tan hinchados y sensibles. Era un morbo espectacular, ya que no dejábamos de estar en un lugar público, abracé su cabeza apretándolo más contra mis pechos y empecé a besuquear su calva, elevé un poco mi cabeza superando un poco los arbustos que nos servían de barrera y pude contemplar el mundo desde ahí, los demás paseaban, descansaban o jugaban totalmente ajenos a lo que estaba pasando entre nosotros, o casi... Porque el Señor Pozos había suspendido sus caricias, cuando traté de averiguar lo que sucedía, me di cuenta que el Señor Pozos tenía la mirada clavada a un costado, donde a unos metros un niño nos miraba fijamente sosteniendo una pelota entre sus manos. Sus ojos estaban llenos de asombro, no alcanzaba a concebir lo que estábamos haciendo.
    
    —¡Hijo, dónde te metes? —escuchamos la voz de una mujer mayor que no tardó en aparecer en escena.
    
    A pesar de que rápidamente intentamos recomponernos la ropa, la mujer se nos quedó mirando con ojos de pocos amigos. Le sonreímos amablemente, pero algo que flotaba en el aire parecía delatarnos como culpables de algo indefinido, pero que seguramente era malo. La mujer tomó al niño de la mano y se apresuró a llevárselo.
    
    Decidimos que era tiempo de marcharnos llevando nuestra calentura a cuestas, lo hicimos a toda prisa, aunque tuve que regresarme por el recipiente del postre para depositarlo en la basura. Cuando nos ...
    ... alejábamos veíamos cómo la señora hablaba con otros en tono quejoso y señalaba reiteradamente el lugar donde estuvimos jugando. Mientras el niño nos señalaba a nosotros sin que los adultos lo atendieran.
    
    —¿Cuánto tiempo nos habrá estado mirando el pobre niño?
    
    —No lo sé, pero probablemente ya lo dejamos traumatizado para toda la vida.
    
    —No creo, me parece demasiado pequeño como para tener idea de lo que vio.
    
    —¡Diablos, tan bien que la estábamos pasando!
    
    —¿Conoces algún otro parquecito a donde podamos ir a continuar?
    
    —¡Ja, ja, ja!... Veo que le está tomando gustillo a eso de “hacer travesuras” en lugares públicos.
    
    —El contacto con la naturaleza y el aire fresco siempre son estimulantes. Aunque lo que más cuenta es la compañía...
    
    —Yo me quedé con ganas de seguirle, ¿usted no?
    
    —Por supuesto, chiquilla... Pero debes tenerme algo de consideración, a mi edad ya no se puede “recargar” tan rápido.
    
    —Será que necesita otro caldo de camarón para volver a ponerse “venenosillo”.
    
    —Tal vez, o quizás sea suficiente con dejar pasar un poco de tiempo... Alguien me dijo que lo bueno, si se deja esperar resulta doblemente bueno.
    
    —Siendo así, tómese su tiempo... Pero le advierto que mientras tanto, estaré revisando el termostato con mucha frecuencia —Reforcé mis palabras con un ligero apapacho entre sus piernas. Él se dejó hacer con una sonrisa, me rodeó con su brazo y seguimos paseando con tranquilidad.
    
    En el fondo me sentía algo decepcionada. Claramente era él ...
«12...101112...17»