Mi esposa y los mecánicos
Fecha: 15/03/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Coque, Fuente: CuentoRelatos
... ella y escuché lo que estaba esperando
—Señora, no le muestra la cola a mis compañeros como me la mostró a mí, pidió Oscar.
Me miro, cerró los ojos, y se mordió el labio inferior. Oír ese pedido y ver como ella se había puesto hizo que me llenara de perversión. Mi erección ya no me permitía estar parado, así que tome por los costados su calza y se la baje de un tirón dejando su culo al aire.
—Está bien así, pregunte, mientras regresaba a mi asiento.
Oscar me miró fijo y sin decir una palabra, desabrochó su pantalón y sacó su miembro totalmente erecto. Yo solo le hice un gesto de aprobación, mientras hacía lo mismo. Esto fue aprovechado por el resto que terminaron también sin sus pantalones.
—Mi amor, mira cómo se masturban los señores con tu cola, dije para poner más caliente todavía el momento.
Ella les miró los miembros con esa cara de puta que solo ella puede poner.
—Sáquese todo señora que queremos verla desnudita para compararla con la foto, pidió Oscar.
—Siempre que a usted señor no le moleste, continuó.
—No, está bien, es necesario para que comparen, dije haciéndome el ingenuo.
Marce se arrodillo, se desató las zapatillas, se sacó las calzas y luego la remera, quedando solamente con la tanga blanca metida en la cola y un par de medias del mismo color. Se paró en la misma posición que estaba y me preguntó:
—¿La tanguita también mi amor?
—No creo que sea necesario, ¿vos querés sacártela?, le pregunté.
—Y… la chica de la foto no ...
... tiene tanga, no sé si ellos podrán verificar así si mi cola es más linda, dijo con voz entrecortada por lo excitada que estaba.
—Tiene razón su esposa, dijo Oscar. Los demás no hablaban, solo se masturbaban de un modo frenético.
—Bueno, está bien amor, quitate la tanga, dije.
Eso fue mucho para Carlos que no aguanto más y eyaculó, desparramando semen por todo el piso. Pregunto dónde estaba el baño y se dirigió hacia él.
Mientras se alejaba, Marce lo miro y se pasó la lengua por los labios, mientras bajaba sensualmente su tanga, dejando a la vista de todos, su hermosa cola.
—Que divina cola que tiene su esposa, me dijo Oscar.
—Gracias, conteste yo mientras hacia un esfuerzo terrible para no acabar.
—Mostrales el hoyito amor, le pedí.
Marce se abrió un poco de piernas, se agacho y se puso un dedo en la cola, mientras les regalaba a todos unos constantes jadeos debidos al primer orgasmo que estaba teniendo.
Hasta aquí llegaron Alberto, Fabián y Oscar que casi al mismo tiempo esparcieron todo su semen.
Yo me dejé llevar y también tuve un terrible orgasmo. Marce al ver esto, se incorporó, tomó su ropa y salió corriendo para el baño.
Tardamos unos minutos en recuperar el aliento. Oscar trataba de limpiar el piso con su pantalón y Alberto y Fabián estaban fatigados recostados contra el sillón.
—Vio que ser potaron bien los muchachos, dijo Oscar
—Sí, les agradezco, ¿la pasaron bien?, les pregunte solo para decir algo.
—Sí señor, su esposa es muy ...