Mi esposa y los mecánicos
Fecha: 15/03/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Coque, Fuente: CuentoRelatos
... caliente dijo Alberto.
—¿Podemos volver a venir?, continuó.
—Mientras se porten así no hay problema, le respondí, mientras me dirigía a la cocina a buscar algo para beber.
Al atravesar el pasillo, pase por el baño de las visitas y no había nadie. Supuse que Marce estaba en un baño que está pegado a nuestra habitación. Fui a la cocina y mientras servía las bebidas, me acorde de Carlos, ¿dónde está?, pensé.
Enfilé hacia el dormitorio y tuve un pensamiento que lejos de enojarme, me hizo correr un frío por la espalda que me dejo nuevamente con el miembro como una roca. Estaba en lo cierto.
—Perdoname amor, no me pude aguantar, dijo ella entre gemidos.
Ahí estaba mi esposa en nuestra cama totalmente desnuda, puesta en cuatro patas con la cola bien parada, y en el medio de ese fabuloso culo, la cara de Carlos, con su lengua que entraba y salía a toda velocidad de su hoyito.
El ni me miró, estaba como alienado. Marce gritaba cada vez más fuerte y yo me senté al costado de la cama para no perderme nada.
De repente Carlos salió de su posición, apoyo su verga en el hoyo y le entro hasta el fondo. Marce grito.
—Traelos a todos mi amor, por favor, me pidió, ya sacada y mientras se hamacaba al ritmo de las embestidas.
—Eso señor, vaya a busca a mis compañeros que la puta de su mujer necesita vergas, dijo Carlos descontrolado.
Lo dude un instante, pero mi calentura fue más fuerte.
—Muchachos pueden venir, les grite saliendo al pasillo.
Un minuto ...
... después los tenía a los tres en la puerta de mi habitación. Seguían sin pantalones y Oscar se había sacado la parte de arriba.
—Menos mal que sus compañeros se iban a portar bien, le recrimine a Oscar mientras le señalaba a Carlos dándole por el culo a mi esposa.
En realidad, no sé si me escuchó. Todos se treparon a la cama y manoseaban a Marce por todas partes. Alberto y Fabián fueron hacia su cara y metieron sus vergas en su boca, mientras Oscar corrió a Carlos de su lugar y empezó a meterle lengua al culo, mientras sus manos acariciaban sus pechos.
Marcela solo gemía descontroladamente.
—Que culo hermoso tiene su mujer, me dijo sacando la cara de su cola.
Ella lo escucho, sacó las vergas de su boca y lo busco con la mirada.
—Si le gusta mi cola, cójamela por favor, le grito, y volvió a lamer.
—Primero quiero su conchita dijo, mientras introducía su verga ahí y dos dedos en el culo.
A Marce le encantaba y yo quería que eso no terminara nunca.
—¿Querés uno en la cola también mi amor?, pregunte. Ya me dolía la verga de tanto pajearme.
—Sí, sí, sí, sí, gritaba ella.
Oscar la levantó, le ordenó a Alberto que se acostara y la empujo a Marce arriba. El busco con su verga la concha y la penetró y Oscar desde atrás la ensarto por el culo.
—Hija de puta, que buen culo que tiene, le gritaba Oscar. Ella le respondía con más gemidos.
Estuvieron así un buen rato y luego se fueron turnando no dejando nada en el cuerpo de mi esposa por explorar. Yo estaba ...