1. Mis hermanas, mis amantes


    Fecha: 17/03/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Mariló, tuvo un superorgasmo.
    
    —Chicos ¿por qué no nos vamos a follar a la cama de nuestros difuntos padres?—dijo Sonia con picardías, abriendo las piernas para que viera su chocho hambriento de polla.
    
    —De acuerdo—dijo Mariló sonriente, mientras se tapaba el chochito para que no se derramase la catarata de semen que había vaciado en su coñito.
    
    —Pues por mí que no quede. No todos los hombres tienen la suerte de poder follar con dos bellezones como son mis hermanitas.
    
    Los tres cogidos por la cintura y ellas dos sujetándome a mí, con sus manos suaves por el pene, que ya estaba erecto otra vez, ansioso por penetrar los agujeros íntimos de esas dos mujeres tan guapas, avanzamos por el pasillo hasta llegar al dormitorio conyugal de mis padres.
    
    Mariló abrió la cama, quitó la cubierta y se echó abierta de piernas mostrándome su sexo abierto y provocativo. Yo me eché sobre ella, nuestros torsos se unieron y la besé en la boca, metiéndole la lengua hasta rozar la suya, en un morreo impactante.
    
    Mariló me atrapó el pene y se lo metió en su coño, hasta que mis testículos rozaron su pubis. Se había engullido mi verga hasta los testículos y puso entonces sus pies en mi cuello, atrapándome para que no pudiera huir de esa cárcel de sexo y placeres, cálido estuche muy húmedo, y yo en premio la bombeé con furia la follé con todas mis ganas.
    
    Mientras, jodíamos como dos amantes excitadísimos, Sonia, sentada en la butaquita se masturbaba, se metía los dedos en su chumino y ...
    ... gozaba viéndonos follar como dos animales en celo.
    
    Mi polla recorría toda la vagina fraternal, y ella gemía de gusto, me besaba en la boca, me acariciaba y el colchón mullido de sus tetas, me volvía loco, por lo que no pude contenerme, y sin pedirle permiso, ni avisarle me corrí de nuevo en y deposité mi semen en lo más profundo de la vagina de mi hermana mayor, la viuda, que sin casarse, para no perder su pensión de viudedad, tendría siempre una polla dispuesta para follarla por todos los agujeros de su lindo cuerpo.
    
    Mariló no pudo aguantar tanto placer y tuvo un sinfín de orgasmo. También en ese momento descubrí que mi hermana mayor, al igual que le pasaba a Sonia, eran multiorgásmicas.
    
    Entonces, Sonia, cogió un bote de vaselina que había en la mesilla de mi madre, y me dijo que nuestra progenitora y mi padre practicaban el sexo anal y ella los había espiado muchas veces. Dicho esto se pudo sobre la cama de rodilla, se colocó una almohada bajo el vientre y me pidió que le embadurnase el ano con la crema de mamá.
    
    Lo hice y le fui metiendo uno y hasta dos dedos en el esfínter, para que este se dilatase y admitiese mi polla dentro. Mariló desnuda se sentó en la butaquita que había ocupado Sonia, y se quejó, mimosa, de que estaba mojada de semen y de caldos de mujer.
    
    Poco a poco, como ella al parecer era virgen por el ano, le fui metiendo el pene para no hacerle daño, ante la atenta mirada de nuestra hermana mayor, que al parecer tampoco conocía los placeres del sexo ...
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