1. Solo éramos dos


    Fecha: 13/07/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Lauer, Fuente: CuentoRelatos

    ... que sobresalían de sus pantalones.
    
    La canción terminó. Se hizo el silencio. Se quedaron unos instantes como estatuas sin saber cómo continuar. Erika rompió el hechizo avanzando hacia mí y pidiéndome algo para beber.
    
    -Ok. Chicos. –Dijo con autoridad- Ya me he desnudado para vosotros. Es hora de dar por terminada la velada. Ya habéis tenido vuestra diversión.
    
    -Creo que todavía me queda un poco de diversión. -Frank rió mostrando su copa.
    
    Erika se río de la ocurrencia y tomó otro sorbo de su bebida. Me sentí aliviado, pero al mismo tiempo una pequeña decepción recorrió mi cabeza.
    
    Miré a Erika. Estaba exultante, de pie casi desnuda, en medio de cinco hombres. Solo un minúsculo tanga, medias y esos zapatos de tacón la cubrían. Con la seguridad de saber que ella había establecido sus límites y ellos lo habían aceptado cortésmente les dije,
    
    -Ok, terminemos primero las copas. –alzando la mía.
    
    -Acabemos con las copas de un trago. –Erika alzando la suya. Su pecho bamboleó con gracia.
    
    -Oh no! Tómate tu tiempo. -respondieron los cuatro casi al unísono.
    
    La música seguía sus evoluciones mientras apurábamos nuestras copas. Manteníamos una pequeña charla intranscendente. La verdad parecía que ellos habían perdido la sed. Erika, por su parte, aparentaba no recordar cómo iba “vestida” comportándose con total normalidad. Tras 3 canciones, al iniciarse la cuarta, Miguel puso un dedo debajo del ribete del tanga diciendo,
    
    -¿Seguro que no quieres otro baile? –haciendo ...
    ... un poco de presión hacia abajo.
    
    Erika se rio y golpeó juguetonamente su mano. Alex hundió un dedo por detrás del tanga.
    
    -¿Qué tal un baile más? -preguntó presionando igualmente su tanga hacia abajo.
    
    Frank fue por el lado libre que quedaba y también introdujo el suyo. Los tres tenían un dedo enganchado en el tanga y lentamente fueron bordeándolos por sus caderas y el inicio de su culo.
    
    Se protegía dándoles palmadas a los tres, pero sin mucha convicción. Estaba enrojecida y emocionada. Quería más y dejarlo. Todo al mismo tiempo. Me miraba indecisa, pero deseosa.
    
    Cogí sus manos, las levanté hasta apoyarlas sobre su cabeza e hice un gesto a Ciro para que se acercara. Antes de que llegara, la besé. Me miró fijamente a los ojos en el momento que Ciro atrapaba sus pechos. Fue el detonante para que los otros tres comenzaran. El tanga cedió a la presión y lo deslizaron fácilmente hasta dejarlo bajo sus rodillas. Definitivamente cayó.
    
    Frank retiró el tanga de sus pies. Entre los cuatro la cortejaron hasta la barra del bar. Durante ese breve recorrido, Alex acarició su culo descaradamente. Su respiración se hacía más profunda con cada caricia, con cada pequeña presión sobre su cuerpo. Separó un poco sus piernas y cuatro manos se apoderaron de sus muslos, decididas a avanzar hacia su interior.
    
    Frank se despojó de los pantalones y el bóxer, sentándose sobre el taburete. La tenía totalmente erguida, dispuesta. Erika la miró y acercó lentamente su boca. Comenzó a mojarla ...
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