1. Lara: La Cascanueces


    Fecha: 27/03/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    En una cálida madrugada de un viernes de verano, tres jóvenes veinteañeros han acorralado y llevado a una atractiva chica a un callejón oscuro.
    
    –Solo queremos pasar un buen rato, si te portas bien no te haremos daño. - le dijo uno de los chicos que la sujetaba por un brazo.
    
    –Por favor dejad que me vaya. - respondió la chica muy asustada.
    
    –Si tú eres la que más lo va a disfrutar. - dijo otro metiéndole la mano bajo la camiseta y tocando uno de sus senos sin ningún miramiento. Su polla se puso durísima al darse cuenta de que no llevaba sujetador.
    
    Le bajó la minifalda y las bragas mientras sus dos compinches la inmovilizaban y le metían mano esperando su turno. Luego se bajó los pantalones y sacó la empalmada polla ante la chica, que lloraba e intentaba liberarse mientras el chico se posicionaba para penetrarla.
    
    –Te voy a meter hasta los huevos. - le dijo al oído.
    
    La chica sintió la punta del pene en su sexo, pero antes de ser penetrada el chico dio un pequeño salto que acompañó de un quejido, para al momento caer de rodillas ante ella. Se agarró la entrepierna, donde ya no se apreciaba ninguna erección, y cayó del todo, retorciéndose. Hasta que la chica no vio la silueta de una persona tras el chico, no comprendió que lo habían pateado en los testículos desde atrás.
    
    –Te vas a arrepentir de hacerte el héroe, hijo de puta.- dijo uno de los jóvenes que sujetaban a la chica. Él y su compañero se dispusieron a vengar a su amigo, que seguía agonizando ...
    ... semidesnudo en el suelo. Había recibido golpes en los testículos, pero nunca uno tan fuerte, y mucho menos totalmente desnudo sin ninguna protección y sin verlo venir. Por tanto el dolor era nuevo para él, el peor de su vida con diferencia. Los testículos le ardían, el bajo vientre le dolía tanto o más y solo podía retorcerse por el suelo mientras sus lágrimas resbalaban una tras otra por sus mejillas. No podía soportarlo.
    
    La chica miró atónita como la silueta esquivaba los golpes con sorprendente agilidad, sin devolverlos, casi burlándose de los hombres. Cuando se cansó de jugar, acabó con ellos con facilidad. Al primero lo golpeó con su mano en la nuez, dejándolo sin respiración y sujetándose el cuello.
    
    Luego esquivó una acometida de fuerza bruta del otro y cuando vio que se estaba cansando, alzó su rodilla con precisión milimétrica justo entre las piernas del hombre, que vio como perdía el control de su cuerpo y caía al suelo en la misma situación que su amigo. Por último, se acercó de nuevo al que había golpeado en la nuez y lo dejó fuera de combate de un puñetazo en la nariz.
    
    La joven, que seguía paralizada por el miedo, vio como su salvador se acercaba a ella lentamente y frente a ella se quitó la capucha que llevaba. La cara de la chica fue de total asombro al ver que se trataba de una mujer de unos 25 años aproximadamente. Aunque los más sorprendidos fueron los tres chicos, que no podían creer como una chica les ha dado semejante paliza.
    
    –Ayúdame a terminar el ...
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