1. Un padre, un hijo y una bañera


    Fecha: 28/03/2018, Categorías: Incesto Autor: hector.richvoldsen, Fuente: SexoSinTabues

    Acababan de dar las ocho de la tarde, y Gerard se disponía a darse su ducha diaria. Era viernes, pero hoy sus amigos le habían dejado plantado, así que no tenía demasiada prisa. Mientras se rasuraba con escasa precisión el incipiente bigote, puso a llenar la bañera para darse un buen baño, en lugar de la ducha habitual. Una vez bien llena, probó el agua con el pie derecho descalzo, y dado que estaba a su gusto, se desvistió y se introdujo en el agua. Se enjabonó un poco el pelo, y se lo aclaró dejándoselo algo alborotado. Era tan moreno como su padre, aunque no se parecían tanto como a Gerard le hubiera gustado. Según recorría la esponja con su cuerpo, iba pensando en lo poco que le gustaba. Enclenque, imberbe y desangelado, aspiraba secretamente a tener algún día un físico como el de su padre. "Todo llegará", solía decirle éste, pero aquel argumento no le terminaba de convencer. Acababa de cumplir los catorce años y a su edad, prácticamente todos los chicos estaban más o menos formados, mientras que él seguía teniendo un cuerpo a medio camino entre niño y adulto. Sumergió la cabeza bajo el agua caliente, tratando de dejar la mente en blanco mientras vaciaba lentamente sus pulmones. Silencio. Solo el ruido sordo del agua golpeando sus oídos. Cerró también los ojos, el agua impedía ver apenas nada. De pronto algo se apoyó en su brazo, para inmediatamente después agarrarlo con fuerza y tirar de él hacia fuera. -¿Se puede saber que coño haces? -Ducharme, ¿no lo ves papá? -Digo ...
    ... ahí debajo. -Relajarme un rato. ¿Y tú que haces? ¿No puedo estar un rato solo? -Vengo a mear, no a espiarte. Te he visto desnudo cuarenta veces, estoy curado de espanto. Jaume se desabotonó el pantalón, levantó la tapa y se puso a descargar su vejiga. No hacía mucho que había ido, pero empezaba a notar como su próstata envejecía más deprisa que el resto de su cuerpo. -Joder, es mucho más grande. -¿El qué? -¿Qué va a ser, papá? Tu polla. -No creas. –Jaume se asomó un poco a la bañera y certificó su afirmación. –Tampoco la tengo mucho más grande que tú. -Ya, claro. Y más peluda tampoco. -Eso sí, pero todo llegará, ya lo verás. -Claro. -Para tu edad, tienes muchos pelos. –Se sacudió un par de veces y volvió a guardársela dentro del pantalón. -No tantos como tú. -Y dale. -¿Vas a dejar de mirarme? -¿Te da vergüenza? -No. –Respondió Gerard. -Entonces me dejarás bañarme contigo, ¿no? Hazme hueco. No era la primera vez que se duchaban juntos, en su afán por ahorrar agua solían hacerlo de vez en cuando. Era algo de lo más natural, en casa nunca había habido pudores, ni siquiera con la madre de Gerard, la única mujer de la casa. -¿Y mamá? -Viendo la tele. –Respondió Jaume metiendo una pierna en el agua. –Está buena. -¿Quién? ¿Mamá? -El agua. ¿Me haces hueco o no? -Voy. A ver si te crees que tenemos una piscina olímpica. -Que gracioso el niño. -He heredado tu humor, que le vamos a hacer. -Si, de momento es lo único que has heredado de mí. –Dijo el padre, sosteniéndose por un momento la ...
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