1. Un padre, un hijo y una bañera


    Fecha: 28/03/2018, Categorías: Incesto Autor: hector.richvoldsen, Fuente: SexoSinTabues

    ... pajillero, y tenía que estar a la altura. No estaba innovando mucho, la verdad, en realidad masturbaba a su hijo del mismo modo que se pajeaba aquellas noches en las que a su mujer le dolía la cabeza, aunque por razones obvias la cosa era bien distinta. El agua templada suavizaba lo violento de la situación, pues limitaba la visión de lo que ocurría en la bañera y también porque igualaba las temperaturas corporales amortiguando el tacto caliente de la polla ajena. El ritmo era incesante, aunque fuera del agua parecía no estar pasando nada. Pero pasaba. Los movimientos de Jaume eran más cortos, pero igual de eficaces. En lugar de bajar hasta el final el prepucio, simplemente agitaba su mano en torno al glande, sacudiendo suavemente la piel para estimular más la punta. La otra diferencia principal respecto al estilo de pajeo de su hijo era que él solo sostenía su polla con la yema de los dedos, mientras que Gerard agarraba la suya con toda la mano, no dejando ni un centímetro cuadrado de piel sin tocar. Métodos distintos, pero igualmente placenteros. -¿En qué piensas? –Dijo Gerard sacando un poco la cabeza del agua. -En nada. –Respondió Jaume haciendo lo mismo. -¿Cómo no vas a pensar en nada? -En tu madre, estoy pensando en lo buena que está tu madre. ¿Contento? -Yo también. -¿Tú también estás pensando en tu madre? -Sí. Pero no pienses mal. Pienso en la cara que pondría si entra ahora y nos pilla. -No pienses en eso, que me cortas el rollo y me queda poco. -¿Te vas a correr ...
    ... ya? -Si sigues así, sí. -Pues sigo. Y lo hizo incluso un poco más deprisa, pues a él le encantaba apretar un poco más al final. Además que la corrida solía ser mucho más fuerte al hacerlo. Sentía palpitar la polla de su padre en su mano, y se le veía en la cara que estaba muy cerca del orgasmo. Jaume casi había dejado de pajear a su hijo para centrarse en sí mismo, aunque seguía agarrándosela. Había estado callado todo el tiempo, pero empezó a respirar fuerte por la boca, prácticamente gimiendo de gusto. Gerard aceleró un poquito más el ritmo, aunque eso supuso no bajar tanto el prepucio para evitar hacerle daño. Sintió en su mano como la polla se hinchaba un poco más, e inmediatamente después vio salir varios chorros de semen que comenzaron a mezclarse con el agua haciendo formas finas y alargadas. Siguió un poco más, hasta que la lefa empezó a salir en pequeñas gotas. Redujo la velocidad despacio hasta que paró completamente. -¿Mejor que mamá? -Mejor, mejor. -Me alegro. Pero cuando quieras sigue, que yo todavía estoy a medias. -Voy, hijo, voy. Déjame que me recupere un poco. -¿Cuánto llevabas sin. ? -Pues desde el sábado. Cuatro días. -Se nota, se nota. ¡Qué cantidad de leche! -Ya te saldrá tanta a ti también. -Y me sale, pero solo cuando llevo tiempo sin hacer ninguna. Así, así, hazme eso, que mola. -¿El que? ¿Lo de ir a toda leche? -Sí, eso. Sigue, sigue, que si haces eso no voy a tardar nada en correrme yo tampoco. -Sabrás que cuanto más aguantes mejor, ¿no? -Pues claro. ...
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