1. Las hermanas


    Fecha: 30/03/2018, Categorías: No Consentido Autor: GargantuadeSamo, Fuente: CuentoRelatos

    ... alguna manera mi cuerpo me pedía conseguir a las cuatro hermanas (claro que también me pedía conseguirlas juntas y eso era totalmente imposible) y no llegaba a entender por qué no había conseguido ni acercarme a Inés, cuando, por lo que me contaban las hermanas de ella, era la que atesoraba más experiencias sexuales.
    
    Y no obtuve ningún avance hasta un día que me la encontré en la calle y me dijo que la invitara a una cerveza. Por supuesto que estaba encantado de invitarla. Después de unos minutos se puso a contarme que sabía que su hermana llevaba un diario y que lo leía habitualmente. Por eso sabía que le gustaba a su hermana y ella había estado intentando vigilarnos para proteger a su otra hermana. Pero en las últimas semanas había leído con asombro todo lo que Elena escribía en su diario y de cómo habíamos follado cuando ella no estaba. Y entonces me dijo que todo eso tenía que acabar. Que había hecho fotocopias del diario y que si no quería que se lo enseñara a María tendría que obedecerla. La verdad es que no me podía creer que la hermana pequeña me intentara hacer chantaje, pero me parecía estupendo que creyera que tenía poder sobre mí. Así que le dije que no volvería a pasar nada semejante, que no se lo contara a María y que haría todo lo que quisiera. Le dije que le compraría toda la ropa que le gustara, que, sabía, era su debilidad. Que justamente había visto hoy un conjunto precioso en una tienda y había pensado en lo bien que le quedaría a ella porque a las ...
    ... demás hermanas no les entraría…
    
    En fin, no se engaña a nadie si no quiere ser engañado. De alguna manera acabamos saliendo de la cervecería y entrando en una tienda de lencería.
    
    Se estuvo probando unos cuantos modelitos y me obligaba a comprobar cómo le quedaban. Una vez comprobaba mi mirada de lascivia elegía uno u otro. Finalmente acabó llevándose 3 conjuntos bastante caros y pagué sin rechistar. La acompañé a casa y no me dijo nada más.
    
    Dos días después me estaba esperando en el portal, me dio un papel y se fue. Era un tríptico publicitario con la información de un hotel de lujo del centro de Madrid. Una de las habitaciones estaba marcada. Era un ático con jacuzzi exterior. Había apuntado lo siguiente: Reserva. Una fecha. Rodea el jacuzzi con velas y enciéndelas. Compra el siguiente perfuma y echátelo. Esperame.
    
    La verdad es que Inés no se andaba con chiquitas. Era una prostituta de lujo en potencia. Y lo que quería lo conseguía. Así que reservé la habitación a costa de mi tarjeta de crédito y me compré la colonia, que también era de marca. Eso sí, las velas las compré en un chino, que no había especificado nada.
    
    Subí a la habitación, comprobé las instrucciones del jacuzzi y lo puse en marcha mientras me entretenía con las velitas. ¿Cuánto puede rebajarse un hombre por la posibilidad de un revolcón? Mucho, sin duda, pero y cuánto por la seguridad de cerrar el círculo vicioso que se ha propuesto. Y la esperé con un bañador e impregnado de la colonia.
    
    A la hora ...