1. Las hermanas


    Fecha: 30/03/2018, Categorías: No Consentido Autor: GargantuadeSamo, Fuente: CuentoRelatos

    ... convenido apareció Inés, comprobó la habitación, la colonia, salió al balcón, vio las velas encendidas, el agua burbujeando y sonrió por primera vez en señal de aprobación.
    
    Yo también sonreía mientras la repasaba con la mirada.
    
    No dijo nada más. Se bajó la cremallera de su traje, se quedó con un bikini verde que debía estrenar para la ocasión y se acomodó en un extremo del jacuzzi. Me coloqué a su lado inmediatamente. Estuvimos así un par de minutos contemplando las estrellas. Hay que decir que era una sensación especial, con el frío de la noche, el vapor ascendiendo sobre nuestras cabezas. Por otro lado mi intención era no moverme hasta que ella se decidiera, así que seguí mirando al cielo y sonriendo hasta que ella se decidió a colocarse a horcajadas sobre mí y, como una loba hambrienta tomó mi boca como si fuera suya.
    
    Dejé que me besara hasta que perdió el aliento mientras me apretaba contra ella. Me arañó la espalda y el pecho y se sumergió sobre mi entrepierna. Empezó una mamada en toda regla durante unos segundos antes de tragar agua y darle un ataque de tos. Entonces tomé la iniciativa. Le quité el bikini mientras tosía y la mordí el pezón derecho. Gritó entre toses. Entonces la di la vuelta y mordí su cuello mientras agarraba con fuerza sus pechos. Introducía por completo sus orejas en mi boca cuando empezó a temblar como una posesa. Nunca había vivido una reacción así, como si fuera epiléptica, y me asusté. Chapoteaba sobre el agua y había perdido la ...
    ... mirada.
    
    La llevé a la cama mientras se calmaba. Entonces me explicó que sus orgasmos eran epilépticos y que perdía el control de su cuerpo, y luego estaba agotadísima, pero que le gustaba igualmente.
    
    Entonces le dije que lo iba a probar. Bajé sus bragas y empecé a masturbarla. En veinte segundos estaba saltando sobre la cama como si regalara el alma al diablo. Era realmente sensible.
    
    Tras el segundo ataque ya casi no se movía. Pero debía continuar. Una vez colocado sobre ella la penetré y empecé a moverme con toda tranquilidad, sin ninguna prisa, pintando lazos imaginarios mientras entraba y salía. Era uno de esos días en que te sientes inspirado, y de alguna manera sabes que tu erección va a continuar durante horas y te despreocupas.
    
    - Qué bien me follas – me dijo.
    
    Y entonces sucedió. Empezó a temblar de nuevo pero esta vez conmigo dentro. Nunca tuve un orgasmo como aquel. Me apretaba con tal intensidad que me dejó seco. Cada vez que eyaculaba sobre ella volvía apretarse y a saltar. Por un momento temí por mi integridad y me quedé enganchado dentro de ella hasta que se fue relajando.
    
    Fue una experiencia extraordinaria, muy cara y muy corta también. Recomiendo efusivamente a las mujeres epilépticas o como se llamen.
    
    El círculo quedó cerrado. Seguí saliendo con María y siendo el amante de Elena durante 3 años más. Volví a probar a Isabel dos veces más en extrañas circunstancias. De Inés no tuve noticias durante una temporada aunque luego regresó con fuerzas ...