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Las hermanas
Fecha: 30/03/2018, Categorías: No Consentido Autor: GargantuadeSamo, Fuente: CuentoRelatos
... sujetar sus tetas como podía. Entonces se escuchó un crack. La silla se había roto y tuvimos que parar. La senté en el sillón tranquilizándola. - No ha pasado nada. Siéntate un segundo. Déjame bajarte el pantalón. - Tengo la regla - me dijo - Da igual Y efectivamente me daba igual. Me arrodillé sobre ella y empecé a besarla encima de la braga de manekinekos. Los gatitos me invitaban a entrar y habría sido un gesto muy feo negarse. Los besos se transformaron en mordiscos y chupaba la tela con pasión. Me habría gustado tomármelo con tranquilidad, pero no teníamos tiempo que perder. Así que le bajé las bragas y me las guardé en el bolsillo. Le colgaba el cordoncillo del tampón todo húmedo. Me concentré en el clítoris separándoselo con los pulgares del descuidado bosque que le cubría. Hairy tales pensé volviendo a la faena. Elena gemía escandalosa a medida que mi lengua la empujaba contra el sillón. Ya había perdido toda iniciativa y se dejaba llevar por el placer. Antes de provocarle el orgasmo bajé hasta el ano y le metí la lengua sin contemplaciones. Me apasiona mezclar dulce y salado. Mi boca chorreaba. Me quité la ropa en un segundo y me incorporé. Ella me estaba esperando con sus besos. - házmelo, házmelo – repetía. Así que me agarré el pene y se lo coloqué sobre el esfínter. Estaba tan mojada que se introdujo la punta del glande sin esfuerzo. - No sabía que esto se pudiera hacer. Fucking moron pensé, es imposible que no se esté dando ...
... cuenta por dónde se la he metido. Ya se enterará mañana cuando no pueda levantarse. Y con una gran sonrisa en la cara seguí presionando, le agarré las rodillas y le subí las piernas hasta la máxima penetración. Normalmente el sexo anal me gusta por la presión, pero esta vez fue realmente sencillo, y me paré. Así que me puse a jugar con su clítoris con una mano mientras me dedicaba a morderle las tetas. No se cómo entraban esas tetas en un sujetador. Poco a poco volví a salir y a entrar con mayor rudeza bajo sus grititos. Ya no tenía ningún cuidado y la mordía con saña las tetas y la pellizcaba el clítoris mientras la empujaba contra el sillón. Elena jadeaba ya agotada cuando eyaculé. Salían pompitas de su ano y ella sonreía. - Joder – fue lo único que dijo. 7.- Mientras mi vida sexual florecía en la casa, otras marchitaban. Isabel se había separado de su novio tras un gran drama y no era una buena compañía. Tengo amigos que comentan tras unas pintas de cerveza la importancia de estar al rebote en las relaciones rotas, pero no creo que sea cierto. Al menos en los primeros meses no hay ninguna posibilidad. Luego probablemente lo difícil es no ser encestado uno mismo aunque no quiera. Por otro lado mi novia me seguía conjuntando con otros en secreto. Claro que ahora entretenía a su hermana en cuanto me dejaba. Tampoco es que me gustara más una que otra. Todo quedaba en familia. Aquellos días me reconcomía la cabeza con Inés. Era algo totalmente absurdo pero de ...