1. Magdalena


    Fecha: 31/03/2018, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... Hospital general de esa ciudad, allí se fue a vivir tras vender su piso y un céntrico local en el que junto con su marido tuvieron durante muchos años una conocida tienda de bolsos y complementos. Aquí viene una o dos veces al mes, se queda en mi casa varios días, carga las pilas —anda que no echo de menos Madrid, casi más que a ti— nos hacemos compañía y follamos, más que cualquier otra cosa, sin olvidarnos de salir al menos una noche a cenar a alguno de sus sitios favoritos y tomar copas hasta la madrugada, vicio que ambos compartimos.
    
    En mi coche hemos ido hablando de todo un poco, nos damos mutuas noticias acerca de lo que hemos hecho desde la última vez que nos vimos —le pregunto si se ha echado novio, no sé si con un cierto temor a que lo haga, pero siempre recibo la misma gratificante respuesta:para qué si te tengo a ti— y nada más aparcar en el garaje de mi casa nos abrazamos, nos besamos apasionadamente, con un beso largo, primero tranquilo, después, guarro, ensalivado, jugando con las respectivas lenguas, calentándonos muy rápidamente. El ruido de una puerta nos hace separarnos, dejar el coche, tomar el ascensor y nada más cerrar la puerta de mi piso, volver a besarnos como perros salidos. Nos desnudamos raudamente y, como siempre hago, paso unos momentos admirando su cuerpo. Me gusta, joder si me gusta.
    
    Es bastante alta, muy rubia de cabello y piel, delgada, estilizada, elegante en sus gestos. Luce una densa cabellera de color rubio —ella se lo tiñe en tono ...
    ... más amarillento que el suyo propio, de color dorado brillante más bien claro— que lleva bastante corto, rizado. En su alargado bonito rostro destacan cejas rubias, anchas, perfectamente dibujadas, y unos grandes ojos marrones, con largas pestañas también oscuras. Nariz recta, pómulos levemente marcados, boca grande, redondeada, de labios gordezuelos, barbilla algo prominente. Me parece guapa, de bonitos rasgos, y un cutis siempre moreno —tomar el sol o los rayos UVA es otro de sus vicios reconocidos— de un tono tostado precioso.
    
    Es bastante delgada, de brazos fuertes, finos y largos, hombros suaves y tetas llamativas: picudas, no especialmente grandes, separadas, se mantienen altas, en su centro dos amarronadas areolas como de dos dedos de ancho envuelven pezones gruesos, redondeados, también oscuros, que apuntan al frente. ¡Qué tetas! Me pongociego con ellas.
    
    Sinuosa espalda de bonita piel tostada, cintura alta, sin apenas grasa alguna, con un achinado ombligo de tamaño pequeño, caderas altas redondeadas que se continúan en un culo de nalgas anchas y alargadas, con una raja profunda y oscura que deja ver al final el amarronado ano, apretado y pequeño. Por delante el abombado estómago —tiene una quebrada fina cicatriz de más de diez centímetros de largo provocada por un accidente de bicicleta— sigue en un vientre casi liso que enseguida da paso al pubis, con rizado vello rubio como el de la cabeza, y que en ocasiones rapa por completo. Los labios vaginales se adivinan ...
«1234...7»