Esther secuestrada de nuevo; a mi hermana le fascina el sexo anal - Relatos Eróticos

Esther secuestrada de nuevo; a mi hermana le fascina el sexo anal

Acompañe a Esther ese día para un proyecto de trabajo universitario. Esther es mi hermana menor de 19 años, y muy guapa y atractiva por cierto. Delgada, de mediana estatura, cabello negro largo hasta la cintura y tez blanca que contrastan perfectamente con una boquita roja pequeña pero carnosita, de cuerpo relativamente regular pero con unas muy destacables y prominentes caderas que eran su máximo atractivo y su gran orgullo. Nalgas bien paraditas, redondas, voluptuosas pero firmes, y que le encantaba presumir usando faldas muy cortitas o pantalones demasiado ajustados mismos que prácticamente se "comía" por su raja trasera de tan apretados que solía usarlos. Estaba acostumbrada a las miradas y asimismo a coquetear siempre que se presentaba la oportunidad. Su propensión a andar de loquita ya le había ocasionado pasar un susto en una ocasión, pero ni aún así entendía. Recogió su pelo en una cola de caballo rigurosamente peinado hacia atrás y se vistió lo más formal que requería la presentación: una blusa blanca de manga larga siempre con el primer botón abierto (no es que Esther fuera de pechos grandes, sino más bien pequeños, pero le gustaba usar la camisa así porque según "sentía siempre mucho calor") y una falda de casimir azul marino con rayas blancas que apenas si lograba cubrir la mitad de sus muslos blancos. No hacía falta imaginar mucho para saber qué abajo de esa falda solo había una tanga de hilo pues estaba tan ajustada que la panty se marcaba casi por completo. ...

... Recibí un mensaje de texto que me hizo desviar la mirada de su culo y leerlo para responderlo brevemente. Quién es??? Preguntó Esther, mientras se ponía sus zapatillas. Nada. Dije. Respondí el mensaje y seguí mirándole el culo. Lo sé, Esther es mi hermana, pero siempre me ha gustado mirarle el culo. Es tanto una suerte como una lástima tener una hermana con un trasero de 95 cm de medida corporal; suerte porque puedo verla sin complicaciones todo el día y además cuando dormía y descuidadamente dejaba ver sus pantaletas metiéndosele por atrás o en tanga, lo cual dejaba ver esas ricas nalgas suaves y lisas por completo sin ocultar nada y a la vez era una lástima pues siendo mi hermana no podía disfrutarla y apañarla como a una hembra más. Ni modo. Llegamos al lugar poco después. Era una instalación más de la zona universitaria donde ella estaba concluyendo sus estudios en Relaciones Internacionales, e iba a presentar un pequeño examen de promoción escolar. Un recinto de dos edificios con salones de prácticas, patio de áreas recreativas y deportivas, todo eso rodeado por un jardín más o menos extenso. Poco más alejado del área donde Esther haría su prueba estaban las áreas de baños y una pequeña zona en remodelación donde trabajaban tres albañiles, mismos que clavaron sus miradas morbosas en el trasero de mi hermana en cuanto llegamos ahí. Porque siempre me miran el culo??? Me preguntó Esther, sin molestia alguna, al contrario; estaba más que adaptada a ese impacto visual que ella ...