Esther secuestrada de nuevo; a mi hermana le fascina el sexo anal - Relatos Eróticos

Esther secuestrada de nuevo; a mi hermana le fascina el sexo anal

... causaba. Siempre me miran el culo. Siguió. Pues también las falditas que te pones hermanita. Dije. No deberías vestir así, sabes que hay mucho irrespetuoso y morboso que luego te dicen cosas o pretenden propasarse con las jovencitas. Ay ya, ya vas a empezar con cosas. Dijo haciendo una mueca. Digo, soy joven y puedo vestirme como yo quiera y lucir mi cuerpo, ni que fuera una viejita para vestir como monja. Bueno dejémoslo así. Dije. Anda ya vete no llegues tarde a tu prueba. paso por ti en dos horas??? No. Respondió. Yo salgo y te mando mensaje va??? No me gusta sentirme presionada. Ok, como quieras, pensé. Sabía que iba a decirme eso. Mire la extensión del lugar (era una facultad algo grande) y aunque parecía un lugar seguro, me convenía que Esther quisiera andar sola por ahí al salir de su prueba. Mientras se despedia de mi y tomaba camino, la observé de espaldas: ese movimiento de caderas que le gustaba usar, exagerando el paso para parecer una modelo de pasarela, describiendo grandes círculos con sus voluptuosas nalgas moviéndose de izquierda a derecha, me la ponían dura al igual que a los tres tipos que nos observaban y que se acercaron a mí en cuanto Esther se perdió entre los salones de uno de los edificios. Es ella??? Pregunto uno de ellos, el más viejo, un tipo gordo y tosco de unos 45 años más o menos. Si. Dije. Los otros dos, más jóvenes, se llevaron las manos al pantalón. No pues está rebuena tu hermanita ese. Dijo uno. Se ve que quiere darse unos buenos sentones ...

... jajaja!!!! expresó el otro. Entonces que??? Dije. Si le entran??? Es solo darle un susto eh, no se vayan a pasar. Asintieron y dinero en mano cada uno, nos despedimos momentáneamente para seguir según lo planeado. Pero, sin pedos verdad??? Reafirmó uno de ellos. No queremos problemas. No los habrá, si siguen mis indicaciones. Dije. Y era la verdad, yo tampoco quería problemas para nadie. Todo tenía que salir lo más limpio posible. Al tiempo acordado, Esther terminó su examen. Tomo su bolso y salió del salón donde hizo su prueba. Ya era tarde para cuando ella salió; el sol casi estaba por ponerse. Increíblemente, ella era la única en ese lugar. Todo se había quedado ya vacío y solitario, sin una sola alma por el lugar. Ya muchos salones estaban cerrados con llave y hasta el personal de limpieza se había retirado ya. Ella era la única ahí. Uff. Dijo para si, en un largo suspiro. Creo que debo apurarme. Mientras el ruido de sus zapatillas resonaba en los pasillos solitarios miro a su alrededor y tomo medida de la soledad del lugar. Sintió un pequeño nerviosismo pero procuro no hacer caso. Bah!!! Quítate esas ideas. Se repetía a si misma. Es una escuela, todo el lugar es seguro, aquí no puede pasarme nada malo, solo es que me ha dado miedo el vacío del área. Antes de salir, pensó que era buena idea pasar al baño. Tanto tiempo ocupada en su prueba no le había permitido atender sus cuestiones "íntimas". Caminó hasta los baños del colegio, ubicados en la parte trasera y más alejada ...