1. Era caprichosa, mimosa y traviesa


    Fecha: 06/04/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... de mirarle a su hija a los encantos, y de respirar el delicioso aroma que desprendían las gotitas del perfume Coco Madeimoselle de Chanel que se había echado su hija, le dijo:
    
    -¡Vete a vestir!
    
    -Hoy no viene el servicio a trabajar.
    
    -Pero estoy yo en casa.
    
    -Ya lo sé, por eso vengo así de sexi.
    
    Mery se puso mimosita. Poniendo morritos, y acariciándole el cabello a su padre, le dijo:
    
    -¿Te apetece jugar con tu muñequita?
    
    Félix, la tenía calada.
    
    -¿Qué buscas, María?
    
    -A ti. Sé que me deseas.
    
    -¡Cómo se puede ser tan mala hija! Te lo he dado todo y mira como me lo pagas.
    
    -Dándote todo a ti. ¿Sabías que aún soy virgen? Bueno, si meter el dedito no cuenta.
    
    -No me cuentes tus intimidades que no me interesan.
    
    Meri, cogió un plátano del frutero, le quitó la parte de arriba de la piel, lo chupó mirando a su padre, y le preguntó:
    
    -¿Se chupa así?
    
    -¡Como no te vayas a vestir te quedas un meses sin paga!
    
    Mery posó el plátano en la encimera y quiso darle un masaje en el cuello a su padre, al tiempo que arrimaba las duras tetas a su espalda.
    
    -¿Pone la nena nerviosa a su papito?
    
    -¡Dos meses sin paga! ¡Esos ya no te los quita ni Dios!
    
    Meri, al verse rechazada y castigada, pilló un cabreo criminal. Dejó de masajearlo, y yéndose de la cocina, le dijo a su padre:
    
    -¡Yo siempre consigo lo que quiero, y esta vez no vas a ser una excepción! Nos vemos esta noche.
    
    -Ni en tus sueños, hija, ni en tus sueños.
    
    A las once de la noche...
    
    Félix, ...
    ... que era un hombre de 52 años, 1,85 de estatura, de pelo cano, ojos negros y apuesto, estaba en bata de casa en el tresillo de la sala de estar, sobando y con la televisión encendida. Llegó a la sala Mery. Venía descalza, con un CD en la mano. Llevaba puesta una camisa blanca de su padre con sólo tres botones en los ojales, lo que hacía que se viesen parte de sus preciosas tetas y el vello púbico.
    
    Puso el CD en el reproductor, y se sentó al lado de su padre. El título de la cinta era: Perdiendo la virginidad.
    
    La imagen de una joven morena, desnuda sobre una cama apareció en la pantalla... Al rato se comenzaba a masturbar. Al oír los gemidos de la joven, Félix, abrió los ojos. Vio lo que estaba haciendo la actriz y luego vio a su hija, a su lado, con los ojos cerrados, echada hacía atrás en el tresillo, con las piernas abiertas y magreando con las dos manos las dos tetas. No supo que hacer. Aquello sobrepasaba su margen de reacción. Cerró los ojos, dejándolos un poquitín entornados... Al rato dos jóvenes rubias, con caritas de ángeles, y cuerpos de escándalo, entraban en la habitación, se metían en la cama, se desnudaban, y se comenzaban a dar el lote. Vio por el rabillo del ojo como su hija bajaba una mano al coño y comenzaba a tocarse. Estaba empalmado... Más adelante, cuando los dedos de Mery ya chapoteaban en el jugo de su coño, oyó como le decía:
    
    -¿Quieres ver cómo se corre tu muñequita, papa?
    
    Félix hizo como si se despertase.
    
    -¿Qué decías, cielo?
    
    -¿Qué ...
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