Era caprichosa, mimosa y traviesa
Fecha: 06/04/2018,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... entre ellas?
-Tu mente está sucia, está muy sucia.
-Un día encontré a dos profesoras besándose en el lavabo, y otro día a otra profesora masturbando a una alumna. No es mi mente... y de aquellos barros vienen estos lodos?
-Los lodos son las pajas que me hice pensando en ellas. ¿Te gustaría ver cómo me masturbo?
La boca pequeña de Félix quiso decir que sí, pero la grande, dijo:
-¡No!
Mery desabotonó los tres botones de la camisa. La echó sobre la alfombra. Félix no vio a su hija, vio a una femme fatale. Su polla latía. Meri se sentó a su lado, le cogió una mano a su padre y se la llevó a las tetas, unas tetas duras como el granito. Le volvió a menear la polla y lo besó. Al ver a su padre con los ojos vidriosos, a punto de correrse, se levantó, y le dijo:
-Primero las vírgenes. ¿Me vas a dar el capricho? Mi chochito bien lo vale.
-¡Mira que eres retorcida! Veré lo que se puede hacer, muñequita, veré lo que se puede hacer.
Lo primero que hizo Félix fue ir a su habitación y hacerse una paja como una catedral de grande.
En el convento de la ciudad, que era de monjas de clausura, estaban pasando por una situación económica delicada, y de modo excepcional, decidieron que dos novicias fuesen por las tiendas ofreciendo mantecados, panecillos de yema de huevo y licor, galletas cocadas... productos que las monjas hacían en el convento.
Las novicias, sor María y sor Pricia, eran dos jovencitas muy hermosas. Salieron del convento un domingo por la tarde ...
... para reconocer el terreno. Al pasar por delante del pazo, le dijo sor Patricia a sor María:
-¿Les ofrecemos a los del pazo, hermana?
-Nos dijeron en las tiendas y sólo mirar donde están.
-Ahí, debe trabajar mucha gente, y con los señores....
-Lo que quiere es ver un pazo por dentro... Si no llevamos mercancía para mostrar.
-¿No tiene curiosidad, hermana?
-¿Y si nos está tentando el diablo?
-¿Qué nos pueden hacer?
Sor Patricia llamó al timbre del portal del pazo.
Meri, que salía de la ducha, vestida sólo con una toalla, las vio en la televisión de la cámara del telefonillo, y les preguntó:
-¿Qué queréis?
-Vendemos nuestros pastelitos de crema y otros dulces.
Mery, pensando que su padre hiciera los deberes, les abrió el portal.
Al ser domingo el servicio tenía el día libre. Félix se fuera a Roma en viaje de negocios... Mery, estaba sola en casa. Les abrió la puerta del pazo, y les dijo:
-Pasad.
Las monjas entraron en el pazo. Mery cerró la puerta y las llevó a la sala de estar.
-Sentaos en ese tresillo.
Las monjas se sentaron, mientras miraban el lujo que las rodeaba.
-¿Cuánto os pagó mi padre?
Sor María, le respondió:
-Aún no le vendimos los pastelitos. Estamos explorando.
-¿Sois vírgenes?
Sor Patricia, se mosqueó.
-La duda ofende. Somos monjas
-Sin teatro. ¿Acordamos 6.000 euros cada una? Os extiendo yo los cheques al portador, que ya me los devolverá mi padre con intereses.
Aquello era mucho dinero. Las ...