1. El curriculum de Laura


    Fecha: 09/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Sentila, Fuente: CuentoRelatos

    ... reencontraba. Decidió terminar el encuentro. Se levantó y él la acompañó, hasta casi la salida. Claudio la tomó de la cintura, la atrajo hacia él, y le plantó un medio beso en la boca. Laura retrocedió y apoyo la espalda contra una columna. No dijo nada. Estaba conmocionada por el atrevimiento y su propia pasividad. Claudio avanzó, pegó sus labios a los de esa mujer apetecible, para vencer la resistencia. Mojaron los labios. Él frotó su cuerpo contra el de ella. Besó a esa muchacha hasta que sintió como las lenguas de ambos se chocaban. Se entrelazaban con una pasión desbordante. Laura emitía pequeños gestos de resistencia. Claudio recorrió las mejillas y llegó hasta el cuello. Sus labios avisparon esa piel. Déjame, por favor, dijo ella por tres veces sin mayor convencimiento.
    
    La boca de Claudio subía y bajaba por el cuello de Laura. Con sus manos desabrochó la blusa y buscó tocar los pechos firmes. Con habilidad quitó el seguro del corpiño. Frotó con sus dedos las tetas de Laura. Rozó los pezones duros. Y, luego, su boca se apoderó de los senos. Por favor no sigas, me estás enloqueciendo la vida, dijo Laura. La lengua de Claudio jugaba en la redondez de la protuberancia de los extremos de los senos sensibles. Una mano, la derecha, bajó hasta acariciar los muslos de Laura. Con lentitud sintió la piel y la humedad de la pequeña bombacha. Rozó la vagina humedad, por encima de la tela. Laura gimió y apretó su cuerpo contra el de Claudio. No me hagas esto, por favor, le ...
    ... susurró suplicante al oído. Los dedos hábiles habían corrido la tela de la bombachita y acariciaban los labios vaginales. Basta ya, basta, agregó ella, cuando sintió que las paredes de su conchita mojada atrapaban un dedo que la penetraba y jugaba en su interior. De manera instintiva, Laura buscó con desesperación el sexo de ese hombre. Aflojó el cinturón, bajo el cierre del pantalón y su mano tomó por encima de la tela el pene duro y tieso. Lo acarició así un rato, mientras sentía como dos dedos ahora la penetraban. Frotó su mano por la dureza, hasta que sus dedos buscaron la piel. Rodeó con su mano ese pene, cuyo calor la quemaba. Movió su piel rugosa. Lo sintió grande y tocó el glande varias veces. En esa excitación mutua, de respiraciones agitadas, Laura sentía como ese pene crecía y la terminaba por enloquecer. Su excitación aumentaba como el miembro que masajeaba por entre la piel y el calzoncillo. Las lenguas se volvieron a encontrar en un beso profundo.
    
    Fue en ese instante, que, como un relámpago, ella se apartó y corrió al baño. Busco el agua fresca de las canillas. Acomodó su vestimenta. Su pelo. Y espero por algunos minutos para recomponerse. Claudio hundió su cuerpo en un sillón, con su excitación en alto.
    
    Ella salió de la oficina y buscó el aire de la calle. Prefirió caminar hasta su departamento. Estaba contrariada por su comportamiento a pocos días de casarse. No había tenido muchas experiencias amorosas en su vida. Con dos novios se había animado a mantener ...