1. La escritora.


    Fecha: 09/04/2018, Categorías: Hetero Autor: pocolillo, Fuente: RelatosEróticos

    ... y una falda de esas largas y sueltas que dejan a tu imaginación el saber lo que allí se esconde. Me quede callado, me había sorprendido,- ¿Ana?-, le dije casi balbuceando, -¿Andrés?-, contestó ella con la misma cara de sorpresa que tenía yo, al parecer la idea que se había hecho de mí nada tenía que ver con lo que tenía ante ella, posteriormente me había confesado que se esperaba un hombre mayor, con pelo desaliñado y gafas, interesante y seguro, algo hippie y bohemio, y se encontró todo lo contrario, un tio con bermudas y camisa de manga larga remangada, con náuticas de diseño, pelo corto engominado, moreno de sol, no guapa pero si atractivo, pero alguien con quien jamás se habría tomado una cerveza en toda su vida.
    
    Tras dejarme entrar y saludarnos nerviosamente, tras unos segundos de incómodos silencios, me puse hablar, -jo, no me esperaba una tía como tú, me esperaba una bollera gorda y rechoncha con un consolador como collar-, ella se rió, esa brutal exageración había roto el posible frío que pudiera existir, era como hablaba cuando chateaba con ella, -que fuerte-, dijo ella, -ni de coña me hubiese esperado un tío como tú, vaya tela, tengo al hijo de Aznar en mi casa-, nos reímos durante un rato mientras me guiaba por el pasillo hacia una estancia pequeña bastante iluminada y decorada con láminas de fotografía en blanco y negro, cortinas de color naranja, estanterías repletas de libros desordenados, una mesa antigua en el centro flanqueada con sillas de esas que mi ...
    ... abuela tiene todavía por casa, y un sofá de color gris de dos plaza que miraba a la ventana, una mesilla que aguantaba un equipo de música medieval, y tras una charla sobre lo bonita que es la vida, y servirnos unos extraños whiskys con cola light, sin comentarios, nos sentamos sobre las sillas de mi abuela, que por cierto eran comodísimas, y con nuestros portátiles encendidos comenzamos a escribir nuestro relato.
    
    Lo bueno de trabajar con gente inteligente y con ganas de crear es que todo es más fácil, las ideas fluyen más rápidas, las discusiones por memeces desaparecen y para lo importante las oposiciones contrapuestas se acercan porque se argumentan y en este caso enseguida llegamos a lo que queríamos escribir y como queríamos escribirlo, lo teníamos fácil, sería una historia sobre nosotros pero intercambiándonos los papeles, dos personas a las que les gustaba escribir, que se conocen y que tras varias líneas escritas acompañadas de alguna que otra copa, descubren que no solo les une su pasión por la literatura sino que una extraña atracción que les sumerge en una experiencia que jamás habrían podido imaginar, a fin de cuentas y aunque hasta el momento no lo parezca, nos habíamos juntado para escribir un relato erótico, y eso es lo que íbamos a escribir.
    
    Yo comencé a hablar sobre mi cuerpo, bueno, el de ella, yo era ella, y tengo que reconocer que la tía me gustaba, y aproveché para decirle que se levantase y se pasease por la habitación para poder describirla bien, que ...
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